Moscú, 25 dic (EFE).- El líder de la oposición rusa, Alexéi Navalni, llamó al boicot de las elecciones presidenciales de marzo de 2018 después de acusar al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, de ordenar hoy a la Comisión Electoral Central (CEC) que rechazara su candidatura.
“No habrá elecciones. Putin está muy asustado. Teme enfrentarse a mí. Me ve como una amenaza. Ha ordenado a sus siervos de la CEC que me nieguen el registro”, dijo Navalni en una alocución por vídeo.
El político opositor anunció “una huelga de votantes” con el argumento de que en las presidenciales del 18 de marzo próximo sólo “participarán Putin y aquellos candidatos elegidos personalmente por él”, una vez que él ha sido excluido de la contienda electoral por tener antecedentes delictivos.
“No se puede acudir a votar. Eso sería apoyar el engaño y la corrupción. Llevan 18 años en el poder y quieren otros seis años. ¿Creen ustedes que van a conformarse con eso?”, dijo Navalni, que se autoproclamó como “el principal rival” de Putin.
Advirtió que la oposición extraparlamentaria “no reconocerá ni los resultados de los comicios ni a las autoridades resultantes”.
El opositor y abogado de 41 años hizo este anuncio después de que la mayoría de miembros de la CEC se negara a registrar la candidatura de Navalni, considerado el único político que puede hacer sombra a Putin, especialmente en las grandes ciudades.
“Represento a un gran número de electores. La decisión de la CEC de prohibirme participar en las elecciones excluye a millones de personas de las elecciones y del sistema político. Muchos no reconocerán los resultados”, advirtió.
Navalni acudió en persona a la sede de la comisión, a la que atribuyó repetir los mismos errores que sus antecesores, que en 2011 fueron acusados de fraude electoral, lo que desembocó en las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la URSS.
“Robaron millones de votos. Ustedes siguen haciendo lo mismo. Antes con la falsificación y ahora porque el resultado electoral es conocido de antemano, ya que no permiten que los candidatos participen en las elecciones”, dijo.
Acusó a la comisión de impedir que participen los candidatos como él que “denuncian la corrupción” y “no tienen miedo de criticar al poder”.
Esta misma semana Navalni, que labró su fama en la denuncia de la corrupción en la administración pública, acusó al portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, de comprar un apartamento en París por 1,7 millones de euros, acusación que éste último tachó de “calumnia”.
La CEC argumentó que, según la legislación vigente, no puede ser candidato a la Presidencia rusa un ciudadano que haya sido condenado por un delito grave y que tenga antecedentes el día de las elecciones.
Según la comisión, ese es el caso de Navalni, ya que fue sentenciado en febrero pasado a cinco años de cárcel por apropiación indebida, lo que implica también una inhabilitación por diez años.
Aunque el Tribunal Europeo consideró injusto ese veredicto, dicha corte no puede anular las sentencias judiciales nacionales.
Navalni aseguró que la Constitución rusa estipula “blanco sobre negro” que podrán participar en unas elecciones presidenciales aquellas personas “que no se encuentren en prisión” a la hora de registrar sus candidaturas.
Por ello, agregó: “tengo derecho a participar en las elecciones presidenciales”.
Y adelantó que recurrirá dicha decisión ante el Tribunal Constitucional “a pesar de ser consciente de que es parte de un mismo sistema”.
“Usted es joven y tiene buenas perspectivas. Como se dice comúnmente, tiene toda la vida por delante”, le espetó Ella Pamfílova, presidenta de la CEC y primera mujer en presentar su candidatura al Kremlin en las elecciones de 2000.
Navalni decidió registrar anoche su candidatura tras movilizar a más de quince mil de sus seguidores en una veintena de ciudades rusas, pese a que Pamfílova había afirmado en varias ocasiones que no tenía derecho a ello.
El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió en su última conferencia anual que Navalni quiere repetir en Rusia lo que ocurrió en Ucrania en 2014, es decir, una revolución como el Maidán y un “golpe de Estado” como el que arrebató el poder a Víktor Yanukóvich.
Mientras, EEUU ha acusado al Kremlin de reprimir a la oposición, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) de usar la Justicia con fines políticos y Alemania pidió condiciones “justas” para todos los candidatos.
Según los analistas, Putin, de 65 años y cuya candidatura ha recibido ya el respaldo de dos partidos, el oficialista Rusia Unida y el socialdemócrata Rusia Justa, será reelegido en marzo con más de dos tercios de los votos, lo que le permitirá permanecer en el Kremlin hasta 2024.

Ignacio Ortega

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