Asfura, el Candidato Conservador Respaldado por Trump, Toma la Delantera en las Elecciones de Honduras

Nasry Asfura, el candidato del Partido Nacional, respaldado por el Presidente Donald Trump, ha sorprendido en las elecciones generales de Honduras al liderar el conteo con un 40,6% de los votos, según los primeros resultados difundidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Con un 34,25% de las actas escrutadas, su avance marca un punto de inflexión en un país que ha experimentado una prolongada influencia oficialista.

El candidato liberal Salvador Nasralla sigue en segundo lugar con un 38,8%, mientras que Rixi Moncada, representante del partido Libre y actual líder del oficialismo, se encuentra en tercer puesto con un 19,6%. Este resultado representa un retroceso considerable para el movimiento político que surgió bajo el liderazgo del expresidente Manuel Zelaya.

La incertidumbre ha sido una constante a lo largo del proceso electoral, exacerbada por la demora del CNE en anunciar resultados preliminares, esperados tres horas después del cierre de las urnas a las 18:00. Este atraso provocó frustración entre los candidatos principales, con Asfura exigiendo que “no tengamos al país en espera”, mientras Nasralla imploró por la integridad de la voluntad del pueblo.

Con el cierre de las mesas de votación, surgieron intercambios tensos sobre los resultados, con los tres candidatos proclamando su victoria. Moncada destacó que su desempeño era “excelente”, mientras Nasralla se autoproclamó vencedor, sugiriendo que alcanzaría el “50% de los votos”.

La última palabra estará en manos del CNE, que debe publicar el resultado oficial del recuento de actas, reflejando la decisión de más de 6,5 millones de votantes. Los ciudadanos se enfrentaban a una elección crucial: mantener la administración de Castro o optar por un cambio hacia la derecha con las propuestas de Asfura o Nasralla.

La implicación de Trump, quien ha prometido clemencia para el expresidente Juan Orlando Hernández, encarcelado en EE. UU. por narcotráfico, complica aún más la contienda. A pesar de la polarización, la jornada electoral se desarrolló sin grandes problemas, aunque el estado de excepción impuesto ha intensificado la atmósfera de tensión. Castro ha delegado a las fuerzas militares la custodia de las actas electorales, un rol que no está legalmente establecido.

El general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, ha dejado claro que solo reconocerá nuevas autoridades cuando el CNE publique resultados oficiales, ignorando así la controversia en torno al sistema de resultados preliminares (TREP).

Las mesas de votación abrieron a las siete de la mañana, y todos los candidatos instaron a la participación ciudadana. Castro votó al mediodía y subrayó la importancia de esta elección como un “proceso de refundación del país”. En Tegucigalpa, la participación fue notable, aunque algunos votantes reportaron dificultades iniciales con el sistema biométrico.

A pesar de la intensa polarización que marcó la campaña, la atmósfera durante la votación fue más tranquila de lo esperado. Votantes como Nicolás Carrasco expresaron inquietudes sobre la corrupción y la urgente necesidad de establecer una Comisión Internacional contra la Corrupción (CICIH), una promesa aún pendiente de la presidenta.

Los observadores internacionales elogiaron la calma general observada durante la jornada electoral, aunque se registraron algunas incidencias por parte de la Misión de Observación de la OEA y la Unión Europea respecto a la participación militar, lo que ha suscitado preocupaciones sobre posibles intimidaciones al electorado.

Organizaciones de derechos humanos han instado al Gobierno a reducir la presencia militar en los centros de votación, argumentando que esta puede influir negativamente en la libre elección de los votantes. Un observador electoral en Tegucigalpa criticó las restricciones impuestas y enfatizó la vital importancia de garantizar un ambiente en el que los ciudadanos puedan votar sin presiones ni coerciones.

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