Sao Paulo, 9 feb (EFE).- La Justicia brasileña frenó de forma cautelar el intento del polémico bloco (comparsa) “Porao do Dops”, ultraderechista declarado, de homenajear a los torturadores de la dictadura militar durante un desfile de carnaval previsto para mañana en Sao Paulo.
“Porao do Dops” es el sótano del Departamento de Orden Público y Social que actuó durante la dictadura militar brasileña (1964-1985), cuando fueron torturados cientos de personas, entre ellos la expresidenta Dilma Rouseff.
El “bloco” fue creado por un grupo declarado de derecha en Sao Paulo y enaltece a Sergio Paranhos Fleury y el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, acusados de comandar las torturas durante la dictadura, periodo en el que también fueron asesinadas centenas de personas.
El “bloco”, que tenía previsto salir a la calle este sábado, durante el primer día de carnaval, fue prohibido la noche del jueves por un juez de manera cautelar tras un pedido del Ministerio Público de Sao Paulo, que consideró que el grupo realizaba apología al crimen de tortura.
El magistrado también impuso una multa diaria de 50.000 reales (unos 14.500 dólares) en caso de que la comparsa salga a la vía pública y determinó la suspensión de la divulgación del bloco en las redes sociales, lo que fue acatado por los organizadores.
La comparsa estaba inmersa en una maraña judicial y una jueza llegó a liberar la pasada semana el “Porao do Dops” al considerar que su prohibición será una “censura previa”, aunque calificó el tema del bloco de “lamentable”.
No obstante, la nueva decisión tomada la víspera por el magistrado José Rubens Queiroz Gomes paraliza la celebración del “Porao do Dops”, una de las casi 500 comparsas callejeras que desfilarán durante y después del carnaval de Sao Paulo, el cual ha ganado fuerza en los últimos años.
Considerado como el “mayor bloco anticomunista del mundo”, la comparsa divulgó su desfile en las redes sociales con una foto del coronel Ustra, “el mayor torturador de Brasil”, como llegó a decir la expresidenta Rousseff, encarcelada y torturada durante la dictadura por su relación con grupos guerrilleros.
Ustra continúa en la memoria del sector más ultraderechista de Brasil, incluido en la del diputado y posible candidato presidencial Jair Bolsonaro, quien se encuentra en segundo lugar en las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre de 2018.
En 2016, durante el juicio político que llevó a la destitución de Rousseff, Bolsonaro justificó su voto a favor de la salida de la entonces presidenta en el pleno de la Cámara de los Diputados y lo hizo ensalzando la memoria de Ustra y defendiendo la actuación de las Fuerzas Armadas.
Según el último sondeo, la intención de voto del Bolsonaro, un exmilitar defensor de la dictadura, oscila entre un 16 y 18 %, por detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (entre 34 y 37 %), quien podría quedar fuera de la carrera electoral tras una condena en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
En medio de la corrupción política y la crisis económica, Bolsonaro ha agitado el Brasil preelectoral y ha asumido sin ambages el papel de portavoz de los sectores ultraconservadores del país, con un discurso homofóbico, de exaltación de la violencia e incluso racista.
Más allá del “Porao do Dops”, donde los límites del sarcasmo que tolera el carnaval han sido sobrepasados, las críticas a la política brasileña -y a sus protagonistas- han vuelto a entrar un año más en la mayor fiesta de Brasil en pleno año electoral.
Alba Santandreu