La joya más joven de la flota de Disney, que ahora ostenta nuevos espacios para el deleite de los más pequeños, invita a soñar con una aventura inolvidable
Más allá de disfrutar unas relajadoras vacaciones en alta mar que invitan a bebidas heladas y prolongados ratos en un jacuzzi, o simplemente contemplar el horizonte desde el balcón, resulta inolvidable explorar nuevos rumbos a bordo de uno de los barcos de Disney.
Atrás queda lo vivido en otros cruceros, unos más o menos lujosos y de distintos calibres en materia de servicio. Una vez que se aventure a experimentar la magia de Disney en alta mar, difícil sería regresar a cualquier otro navío, aun cuando el servicio sea excepcional.
Sucede que quienes eligen navegar en el mismo buque que transporta a icónicos personajes, saben que a bordo de ningún otro encontrarán a Mickey Mouse o a una de las princesas, y hasta más accesibles que en los parques, porque la espera para fotografiarse con ellos es mucho más placentera en los corredores del Fantasy, incluso sobra algo de tiempo para conversar sobre las actividades del día, además de pedirles el habitual autógrafo. La sonrisa, que este momento dibuja en los rostros de los niños, vale la pena cualquier sacrificio.
El gigante de la diversión, cuyo baluarte ha sido siempre la imaginación y la realización de sueños, se lució con las nuevas añadiduras que se pueden disfrutar a bordo del Fantasy, una joya marítima en toda la extensión.
El más joven de los cuatro barcos de la flota de Disney ahora acoge el atractivo universo de Marvel, justamente en el área que más disfrutan los pequeños: el Oceaneer Club, que alberga una especie de laboratorio también destinado para la ciencia ficción de Star Wars. En este espacio futurístico los chicos entre las edades de 3 y 12 años dejan volar su inventiva para transportarse a un mundo mágico que solo Disney consigue crear con sus producciones.
Precisamente de eso se trata, de recrear historias, las clásicas y las que han surgido en estos tiempos, así lo reitera el ejecutivo Jimmy Lynett, quien desde su cargo de Cruise Director es responsable de que las actividades a bordo cumplan su objetivo: entretener y deleitar a los pasajeros.
“Tratamos de que nuestras historias cobren vida a bordo, ya sea en el teatro o a través de las actividades disponibles. Se trata de contar historias que solo Disney puede crear”, expresó Lynett y enfatizó que el ADN de la multinacional consiste en narrar cuentos.
Y eso es lo que logran con el espectáculo de fuegos artificiales inspirado en la trama de la película Pirates of The Caribbean. El exclusivo despliegue ocurre durante la noche en la que los pasajeros se disfrazan, para estar vestidos conforme a la temática. Desde la última cubierta ocurre el tan esperado show para el cual, según explicó Lynett, la compañía requirió un permiso especial. Hoy, Disney Cruise Line es la única en su especie que brinda este tipo de diversión a sus viajeros.
Una canal de agua que “flota” bordeando la cubierta exterior del barco es otro elemento que lo hace único, aunque el concepto se repite en el Magic, el Wonder y el Dream. Es emocionante deslizarse por la AquaDuck, ubicada en las alturas, mientras se observa las aguas del Caribe.
Además de añadir los superhéroes de Marvel y la fuerza de Star Wars, el Fantasy también ostenta otras renovaciones que, según Lynett, deben ocurrir cada cinco años, cuando un barco es remodelado. En esta ocasión, al bebé de la flotilla, que fue construido en 2012, le cambiaron algunas alfombras y mejoraron sus piscinas.
Otra añadidura fue la heladería Sweet on You, justo al final del área del bufet. Aquí se puede degustar varios sabores de helado y gelato, el último tiene una consistencia menos espesa que el primero.
También trajeron a bordo la joyería Tiffany & Co., para quienes desean llevar consigo un preciado recuerdo de un viaje sin par.
A la hora de la cena, se puede elegir el restaurante Enchanted Garden, que recrea un ambiente que pareciera extraído del cuento de Tinker Bell. Aquí puede disfrutar de deliciosos platillos deslumbrado por la fantasía de estar en medio de unos jardines colgantes. En el Animator´s Palate encontrará toda una producción con gigantescas pantallas que exhiben historietas.
Si desea una cena en pareja, reserve en Palo, especializado en la gastronomía italiana y con un servicio excepcional, incluso puede optar por comer en la terraza con un exquisito vino tinto mientras la brisa del mar acaricia el rostro.
No debe pasar por alto el spa que incluye en sus anexos la habitación Rainforest, donde puede someterse a diferentes tipos de chorros de duchas, algunos más suaves, otros más intensos, pero todos despiertan los sentidos. Luego continúe hacia la sauna y relajase en ella mientras disfruta de la espectacular vista del Caribe.
En Castaway Cay, una isla privada que Disney destinó para sus viajeros, se puede pasar una tarde relajada en las hamacas. También puede sumergirse en las cristalinas aguas de las Bahamas con una careta de snorkeling, o realizar otras actividades acuáticas.
i decide emprender esta mágica aventura, no deje de lanzarse al mar por una gran canal que se divisa a la distancia. Se debe llegar nadando hasta ella, quienes no sepan nadar, pueden auxiliarse de un salvavidas. La isla está divida en tres secciones. Aunque principalmente es un destino ideal para las familias, también podría prestarse para una escapada romántica.
Pandora- The World of Avatar
Los amantes del séptimo arte, en específico, los fans del fantástico mundo de Pandora recreado en la película Avatar, ahora tienen un nuevo rincón para empaparse de ciencia ficción. Se trata del nuevo espacio que Disney ha traído a unos de sus parques. Desde hace unos meses, el Animal Kingdom Park ostenta esta fascinante atracción que se impone en el paisaje del majestuoso parque temático. Puede explorar el nuevo mundo de Pandora montado en un gigantesco Banshee, se trata de un simulador, pero eso no le resta a la experiencia, que logra transportar a los visitantes a ese universo mágico retratado en el filme.