El astro del fútbol mundial Diego Armando Maradona deja de existir a causa de un paro cardíaco a sus 60 años. Fallece en su amada Argentina en su residencia de la provincia de Buenos Aires, este miércoles. El referente de la selección albiceleste de 1986, que campeonara en la justa mundial de ese año, había sido operado a principios de noviembre por un problema cerebrovascular.

Sin lugar a dudas, Maradona fue considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia. Formó parte del Boca Juniors, Barcelona y Nápoles. En otra de sus facetas dirigió a otros equipos como a Gimnasia de La Plata desde 2019, equipo de la Primera División de Argentina.

Además de la Copa del Mundo, como jugador de club conquistó la Copa del Rey con el Barcelona (1983), así como dos títulos de la Serie A italiana (1987 y 1990) y una Copa UEFA (1989) con el Nápoles, ciudad en la que era un ídolo.

Los excesos y controversias siempre acompañaron la vida privada de esta legendaria figura del fútbol mundial.

Diego Maradona, fue operado a principios de este mes de un hematoma subdural que se le detectó durante un chequeo general, tras haber sido internado el lunes por estar anémico, deshidratado y con un bajón anímico. La intervención la realizó el doctor Leopoldo Luque en la Clínica Olivos de Buenos Aires.

Su vida estuvo empañada siempre por los excesos extradeportivos, pero nadie puede negar la calidad del argentino más internacional.

El debut de Maradona con 16 años

 A Maradona lo llamaban «El 10» los aficionados. Inicia su vía hacia el estrellato el 20 de octubre de 1976, cuando debutó en la Primera división del fútbol de su país con el Argentinos Juniors diez días antes de cumplir los 16 años. «Pelusa» o «Pelusita» era el apodo de aquel pequeño ilusionista que, hasta pocas semanas antes de su debut soñado, maravillaba a los espectadores durante el descanso de los partidos que disputaba el equipo profesional del club, haciendo piruetas con un balón que nunca dejaba tocar el suelo.

«Pelusa», Diego, o «el Morochito» (pelo negro) era oriundo de Villa Fiorito -donde comer todos los días era poco menos que una hazaña-, se convirtió meteóricamente en Diego Armando Maradona, el astro del fútbol que asombró al mundo con sus genialidades en los campos de juego y sus desplantes al poder y que tuvo en vilo a millones de aficionados y admiradores con sus problemas con la droga.

Varios títulos de campeón coronaron su carrera: el Mundial Sub’20 de Japón’79 con la selección argentina; en la Liga de su país con el Boca Juniors en 1981; en el Mundial de México’86 con la selección absoluta de Argentina y dos veces en la Liga de Italia, 1986-87 y 1989-90, con el Nápoles.

También ganó la Copa del Rey con el Barcelona en la temporada 1982-83, y luego ganó la Copa de la UEFA y la Copa Italia con el Nápoles. Regresó a España para actuar en Sevilla, y durante un corto tiempo vistió la camiseta de Newell’s Old Boys. Sin retirarse, también fue entrenador de los equipos argentinos Avellaneda y del Deportivo Mandiyú

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en 1993 celebró el centenario de la organización de ese deporte en el país, allí los dirigentes concluyen que Maradona había sido el mejor futbolista argentino de la historia y le deciden concederle un premio. Un año después, la AFA decide retirarlo del Mundial de Estados Unidos’94 tras el resultado positivo de un control antidopaje al que fue sometido en Boston al terminar el partido Argentina-Nigeria.

A principios de 2000 sufrió una crisis cardíaca en la ciudad uruguaya de Punta del Este, por o que estuvo al borde de la muerte. Vivió varios años en Cuba, donde se sometió sin rigor alguno a un tratamiento por su adicción a las drogas. En aquellos tiempos su vida fue un calvario, sometido por el consumo de drogas que redujo al mínimo su capacidad cardíaca y su capacidad de resolución, lo cual le condujo a la ruina económica. Tocó fondo en 2004, cuando una recaída le dejó postrado en una clínica de Buenos Aires, alrededor de la cual se reunieron multitudes para manifestar su idolatría por el futbolista más importante de la historia argentina. Posteriormente, él mismo debió desmentir su muerte, anunciada por algunos medios de comunicación.

Pudo recuperar su salud y adelgazar. Participó en un programa favorito como presentador y entró a la televisión. Hizo una fortuna participando en campañas publicitarias y comenzó a participar en partidos amistosos de veteranos en partidos de fútbol sala. Desde finales de 2008 hasta el final del Mundial de Sudáfrica, fue entrenador de la Albiceleste. En AFA se cansan de él por sus polémicas y su rudeza. Le pidieron algo, él mismo le había advertido que no lo aceptaría, y no le renovaron el contrato.

Deificado, querido, venerado, admirado y respetado, pero también juzgado, criticado y cuestionado: todo eso, y mucho más, fue Diego Armando Maradona, el hombre que falleció este miércoles pero que se volvió un mito en vida gracias al fútbol y a su personalidad.

Sus comentarios, batallas y disputas legales lo sumieron innumerables ocasiones en el centro del huracán. Maradona denunció penalmente a su exmujer; llevaba además muchos años sin reconocer a varios hijos. Fue filmado mientras maltrataba a su expareja Rocío Oliva, y fue acusado por una periodista rusa por abuso sexual.

Fue muy crítico de la Iglesia Católica, a la FIFA, a la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) y con decenas de entrenadores, deportistas y figuras públicas. Además, pacta un firme compromiso político y partidista, que lo hace amado y odiado. También recibió muchos elogios, presentó su propio programa de televisión y se burló de la muerte muchas veces hasta que fue derrotado.

Regresar a la patria como entrenador del Gimnasia en 2019 demuestra que, a pesar de los años, el amor de los argentinos por los ídolos del fútbol está intacto. Recientemente fue hospitalizado en La Plata por anemia, deshidratación y “estado de ánimo deprimido” y debe ser sometido a una cirugía para tratar un hematoma subdural.

Con el fallecimiento de Maradona (probablemente la persona más famosa del mundo) se marca el final de su historia personal. Sin embargo, sus mitos y recuerdos siempre serán vigentes.

Está siendo velado en el Palacio de Gobierno de Argentina y se ha decretado tres días de duelo nacional por la tan sentida pérdida.

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