Petro y el “decretazo”: un salto al vacío que sacude a Colombia
Colombia vive días tensos, llenos de preguntas, miedos y divisiones. Esta semana, el presidente Gustavo Petro firmó un decreto para convocar una consulta popular, desafiando abiertamente al Congreso. Y con ese acto, se encendió una alarma nacional: ¿está el país al borde de una crisis constitucional?
A simple vista parece solo un trámite político más. Pero no. Este decreto –al que muchos ya llaman el “decretazo”– podría convertirse en uno de los episodios más delicados desde que Petro llegó al poder. ¿Por qué? Porque toca las fibras más sensibles de la democracia colombiana: la separación de poderes, el respeto por las instituciones y el equilibrio entre el Ejecutivo y el Congreso.
¿Una consulta por decreto?
Petro justifica su decisión alegando irregularidades en la votación del Senado, que negó inicialmente la consulta. Según él, la votación fue tan apresurada y confusa que no puede considerarse legítima. Así que decidió actuar por cuenta propia. Pero esto no es tan sencillo.
Juristas, académicos y sectores de la oposición advierten que el presidente ha cruzado una línea peligrosa. “El Ejecutivo no puede anular decisiones del Congreso. Eso le corresponde a la justicia”, señaló el veterano político Humberto de la Calle. Y no está solo en esa opinión.
Ahora, será la Corte Constitucional quien tendrá la última palabra. ¿Procede el decreto? ¿O es inconstitucional?
Entre balas, discursos y polarización
El contexto no podría ser más delicado. Mientras todo esto ocurre, el país sigue conmocionado por el atentado contra Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial y crítico de Petro. Recibió varios disparos el sábado pasado y su estado sigue siendo crítico.
En medio del dolor, muchos señalan que el ambiente político polarizado ha llegado a un punto alarmante. Desde la derecha acusan al gobierno de tensar aún más las cuerdas. Desde la izquierda, culpan a la oposición de bloquear el cambio.
El resultado es una nación partida, donde la gente en la calle ya no solo debate ideas, sino que teme por su seguridad y su futuro.
¿Qué busca realmente Petro?
Para sus seguidores, esta consulta es necesaria para avanzar en reformas laborales que defiendan los derechos de los trabajadores, en un país donde la informalidad y la precariedad laboral son la norma. Para sus críticos, es un intento desesperado por forzar su agenda política antes de que el reloj electoral llegue al 2026.
Algunos analistas creen que Petro quiere mantener el foco mediático en su gobierno. Otros piensan que está jugando una carta riesgosa, tratando de imponer su narrativa frente a un Congreso que, desde el principio, le ha puesto freno a sus reformas.
Colombia, en vilo
Mientras tanto, voces de organizaciones ciudadanas y centros jurídicos piden mesura. Piden diálogo. Piden respeto por las instituciones.
Y en el fondo, más allá de lo legal y lo político, lo que late es el temor de una ciudadanía que no quiere volver a los tiempos oscuros de la violencia política. Que quiere cambio, sí, pero con democracia y con justicia.
Colombia está ante un momento crucial. Las decisiones que se tomen hoy marcarán el rumbo de los próximos años.
Y en medio del ruido, una pregunta queda flotando: ¿es este el camino para construir el país que soñamos?