Washington, 16 ene (EFE).- La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, negó hoy ante un comité del Senado que el presidente, Donald Trump, llamara “agujeros de mierda” a países emisores de inmigrantes como El Salvador o Haití, aunque admitió que hubo “insultos” y el mandatario empleó un “lenguaje duro”.
Nielsen hizo esas declaraciones ante el comité judicial del Senado, en dos tensos intercambios con los senadores demócratas Patrick Leahy y Dick Durbin.
Durbin ha asegurado públicamente que el pasado jueves durante una reunión con legisladores en la Casa Blanca, en la que estuvo presente, Trump profirió comentarios despectivos y dijo que el país debería recibir a más inmigrantes de Noruega en lugar de ciudadanos de El Salvador, Haití y varios países africanos.
Nielsen también estuvo en esa reunión y, en una entrevista este lunes en la cadena Fox, aseguró que Trump usó un “lenguaje duro”.
“Usted dijo en una entrevista con Fox que el presidente usó lenguaje duro. ¿Cuál fue ese lenguaje duro?”, preguntó Durbin, a lo que Nielsen contestó diciendo que no recuerda las palabras “específicas” de Trump pero se sintió “sorprendida” por la “obscenidad” que surgió durante el encuentro.
“La conversación fue muy apasionada”, dijo Nielsen, quien añadió: “No niego que el presidente usara un lenguaje duro, otros en la sala también usaron un lenguaje duro”.
Específicamente, Nielsen aseguró que hubo “insultos” por parte de varios legisladores y apuntó al senador republicano Lindsey Graham, quien junto a Durbin presentó un proyecto de ley que abriría un camino a la ciudadanía para los jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos de niños, conocidos como “soñadores”.
“El senador Graham habló para recordarle al presidente que su familia no había venido a Estados Unidos con grandes habilidades o riqueza, sino que vinieron aquí como la mayoría de familias, buscando la oportunidad de demostrar su valía y hacer de esta una nación mejor”, respondió Durbin.
El abuelo del presidente, Frederick Trump, nació en 1869 en el Reino de Baviera, ahora parte de Alemania, y emigró a Estados Unidos con 16 años para trabajar como barbero.
Preguntada por Durbin, Nielsen dijo no recordar qué palabras usó Trump para referirse a países africanos o latinoamericanos y que, de hecho, lo que el mandatario estaba planteando es sustituir el sistema actual de reagrupación familiar, apodado por sus detractores como “inmigración en cadena”, por un sistema de méritos.
Las declaraciones de Nielsen llegan en un momento complicado en las negociaciones entre los líderes del Congreso y la Casa Blanca para encontrar una solución para los 800.000 jóvenes indocumentados que pudieron frenar su deportación gracias al plan DACA, cuya vigencia expira en marzo por orden de Trump.
A cambio de una ley que permitiera obtener la ciudadanía a los “soñadores”, los demócratas parecían dispuestos a ceder y destinar fondos a la construcción del muro con México.
Sin embargo, los comentarios de Trump han complicado las negociaciones y, ahora, los líderes republicanos del Congreso están tratando de conseguir un acuerdo a corto plazo que evite un cierre de Gobierno, pues los fondos para las agencias federales expiran el viernes a medianoche.
Los demócratas ya han amenazado con provocar un cierre de Gobierno si no hay un acuerdo sobre DACA.
En la ley para financiar el Gobierno, los demócratas quieren incluir una disposición que permita a los “soñadores” residir legalmente en Estados Unidos.

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