En Miami, una organización de derechos humanos pidió a la comunidad internacional que sancione al gobierno de Trinidad y Tobago por haber expulsado de ese país a 16 niños venezolanos, incluido a un pequeño de apenas cuatro meses, violando de esa manera estándares internacionales relacionados con los refugiados. Lanzando a esos refugiados a una navegación marítima peligrosa.

Patricia Andrade, quien funge como directora de la Fundación Venezolana de Concienciación (VAF), con sede en Miami, describió la medida como “grave” y dijo que era una escalada del gobierno de Trinidad hacia los venezolanos que huyeron de su país en busca de asilo por una situación grave, política, economía y sociedad.

“Este es el incidente más grave en la escalada de violaciones al derecho internacional aceptado y signado por Trinidad y Tobago. Debe ser sancionado por la comunidad internacional porque ese país empezó haciendo redadas buscando un perfil del venezolano, lo que una discriminación hacia un determinado grupo social. De esa forma comenzaron a deportar a los venezolanos, incluso a aquellos que ya gozaban de un estatus de refugiado otorgado por Acnur”, dijo la activista.

Los 16 niños venezolanos retornaron a las costas de Trinidad y Tobago, tras pasar al menos un día en altamar luego de haber sido deportados por las autoridades de ese país.

“Ya llegaron los 16 niños, ahora hay que garantizar su protección e integración”, manifestó el dirigente opositor venezolano David Smolansky, quien más temprano informó que los padres de los menores deportados el domingo habían podido comunicarse con la persona que está a cargo de ellos, luego de casi 48 horas sin información sobre su paradero.

“Los padres denunciaron que el motor del peñero se dañó a la media hora después de salir el domingo cuando los deportaron. Muchos niños están deshidratados”, indicó en su cuenta de Twitter el comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de refugiados y migrantes venezolanos.

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