En los últimos meses, grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Google, Meta, Twitter y Amazon han recortado sus equipos de ética encargados de analizar los aspectos éticos del desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Estas reducciones de personal, que se producen en el marco de las olas de despidos recientes, han generado preocupación en expertos y organizaciones dedicados a velar por el desarrollo consciente de la IA. Especialistas han destacado que estos equipos son esenciales para garantizar que el bienestar de las personas y comunidades esté en la mente de los desarrolladores.

Más de mil especialistas y académicos han pedido a las grandes compañías que se frenen los desarrollos de modelos de IA hasta que se sepa con certeza que sus efectos serán positivos y sus riesgos manejables. La carta abierta en la que se hace este llamado ha sido firmada por varios ejecutivos de la industria, como Elon Musk y Steve Wozniak.

Aunque Microsoft ha asegurado que todavía cuenta con cientos de personas trabajando en su oficina de IA responsable, su disolución del equipo de ética y sociedad ha generado controversia. Google también ha sido objeto de críticas tras el despido de dos de sus líderes de investigación de ética de IA en 2020 y 2021. Es fundamental que las grandes empresas tecnológicas sigan dando prioridad a la ética y la responsabilidad en el desarrollo de la inteligencia artificial para garantizar el bienestar de las personas y las comunidades.

Además, expertos como Josh Simons, ex investigador de ética sobre IA de Facebook, han destacado que los equipos de ética sobre IA son los únicos bastiones internos que tienen las grandes empresas tecnológicas para asegurarse de que el bienestar de las personas y las comunidades esté en la mente de los desarrolladores. La velocidad con la que estos equipos están siendo abolidos deja a los algoritmos de las empresas a merced de los imperativos publicitarios, lo que puede socavar el bienestar de las personas vulnerables, los niños y nuestra democracia.

Es importante que las grandes compañías tecnológicas sigan trabajando para garantizar que la implementación de la IA sea responsable y ética. La IA tiene un gran potencial para transformar nuestra sociedad y mejorar nuestras vidas, pero su desarrollo debe ser cuidadoso y consciente. Los equipos de ética son una pieza crucial del rompecabezas y su eliminación puede tener consecuencias negativas para la sociedad en general. Es necesario que las empresas sigan invirtiendo en la ética de la IA y en la protección del bienestar de las personas y las comunidades para asegurar un futuro más sostenible e inclusivo para todos.

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