El cirujano cardíaco de 71 años y miembro del parlamento iraní, Masoud Pezeshkian, ha sido elegido como el nuevo presidente de Irán, derrotando a su rival conservador de línea dura, Saeed Jalili. Pezeshkian obtuvo el 53,3% de los más de 30 millones de votos escrutados, mientras que Jalili recibió el 44,3%.
La victoria de Pezeshkian representa un giro significativo en la política iraní, con el reformista prometiendo “unidad y cohesión” y el fin del “aislamiento” de Irán del mundo. Además, ha pedido “negociaciones constructivas” con las potencias occidentales sobre la renovación del tambaleante acuerdo nuclear de 2015.
En contraste, su rival Saeed Jalili es conocido por su postura antioccidental de línea dura y su oposición a restablecer el acuerdo nuclear. Jalili goza de un fuerte apoyo entre las comunidades más religiosas de Irán.
La elección se produjo después de que el anterior presidente, Ebrahim Raisi, muriera en un accidente de helicóptero en mayo. La participación en la segunda vuelta fue del 50%, más alta que la primera ronda, aunque aún considerablemente baja.
El descontento generalizado y la falta de opciones reales entre los candidatos, dominada por los islámicos de línea dura, provocaron que millones de iraníes boicotearan las elecciones. Sin embargo, algunos fueron persuadidos a votar por Pezeshkian para evitar que Jalili se convirtiera en presidente.
La elección de Pezeshkian ha sido recibida con felicitaciones de los líderes de China, India y Rusia, y sus partidarios han salido a las calles para celebrar su victoria. Ahora, Pezeshkian tendrá el desafío de unir al país, abordar el descontento y restablecer las relaciones con Occidente.