Apagones y Represión: La Respuesta de la Dictadura Cubana ante la Protesta en Gibara

Cuba se encuentra inmersa en un nuevo ciclo de descontento social, y la ciudad de Gibara ha sido el epicentro de protestas espontáneas que han puesto de manifiesto el creciente malestar de la población. Al menos siete personas fueron detenidas por las fuerzas de seguridad del régimen castrista tras manifestarse contra los prolongados apagones que asolan la isla, con cortes de electricidad que alcanzan hasta 20 horas diarias.

Los arrestos, denunciados por los vecinos y documentados por el portal independiente 14ymedio, reflejan el profundo hartazgo ciudadano frente a la crisis energética que afecta a todos los rincones del país. Aunque se ha confirmado que los detenidos fueron llevados a la estación local, sus paraderos exactos siguen siendo un misterio.

La protesta estalló la noche del sábado, cuando decenas de habitantes salieron a las calles enérgicamente, exigiendo soluciones inmediatas. Los gritos de “Pongan la corriente, pinga” y “Díaz-Canel, singao” resonaron en el aire, mientras otros coreaban “El pueblo unido jamás será vencido”, evocando las masivas manifestaciones del 11 de julio de 2021, que fueron reprimidas con mano dura y cientos de encarcelamientos.

La situación se ha agravado tras el colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) el 10 de septiembre, que dejó a gran parte de la población sin servicio eléctrico. La dictadura cubana atribuyó la falla a un “colapso inesperado” de la termoeléctrica Antonio Guiteras, la más importante del occidente cubano, aunque las causas exactas aún están bajo investigación.

La represión de estas protestas subraya la falta de tolerancia del régimen ante el descontento popular y plantea un desafío significativo para un gobierno que enfrenta crecientes críticas por su incapacidad para garantizar servicios básicos a la población. La lucha por el acceso a la electricidad se ha convertido en un símbolo de la resistencia del pueblo cubano frente a un sistema opresor que ignora sus necesidades más fundamentales.

Las detenciones en Gibara no solo reflejan la crisis energética, sino también la urgencia de un cambio en el panorama político de la isla. La voz del pueblo se alza, y su resistencia no puede ser silenciada. ¿Hasta cuándo soportará la población cubana esta situación? La respuesta podría marcar un punto de inflexión en la historia reciente de la isla.

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