Roma, 28 dic (EFE).- Los clubes históricos de Milán, el Milan y el Inter, cierran un 2017 marcado por emociones contrapuestas, que pasaron de los sueños de gloria a la decepción por reencontrarse con los viejos problemas que provocaron su reciente decadencia.
Ambos con dueños chinos, el Milan del magnate Yong Hong Li y el Inter del grupo de inversores Suning, los clubes milaneses encararon la nueva temporada con la convicción de poder competir por la elite, pero cierran el año en involución.
El que vive el peor momento es el Milan, que ocupa la undécima plaza en la liga italiana, pero tampoco el Inter podrá celebrar el nuevo año de la mejor manera, ya que tras un brillante comienzo de campaña, lleva un mes en crisis de resultados.
Además, estos equipos fueron protagonistas el miércoles del derbi válido por los cuartos de final de la Copa Italia y el Milan logró imponerse 1-0 tras la prórroga, lo que prolongó a cinco la racha de partidos sin victoria de su histórico rival.
Fue un triunfo que, tal y como admitió el técnico del Milan, Gennaro Gattuso, no puede resolver todos los problemas de su club, pero sí puede dar un poco más de tranquilidad para intentar salir de una situación muy negativa.
Y es que los “rossoneri” fueron uno de los equipos que más entusiasmo generaron en la pasada primavera y en el verano, meses en los cuales se hizo oficial el cambio de propiedad y en los que los nuevos directivos realizaron un millonario mercado de fichajes.
Era el 13 de abril cuando el empresario y ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi completó la operación de venta del 99,93 % del Milan al consorcio de empresas presidido por Yong Hong Li, lo que determinó el fin de una era y el comienzo de otra.
Se cerraba un período de 31 años y 28 trofeos, entre ellos 5 Copas de Europa, para abrir, según esperaban los nuevos inversores, una nueva brillante etapa que devolvería el Milan a la cumbre del fútbol mundial.
Unos deseos que fueron alimentados durante el mercado de fichajes veraniego, cuando el club “rossonero” invirtió más de 200 millones de euros para incorporar a 11 nuevos futbolistas capaces de anular casi completamente el margen de diferencia con los demás “grandes” de Italia.
A los líderes del curso anterior, como el español Jesús Fernández Sáez “Suso”, se sumaron jugadores como el internacional italiano Leonardo Bonucci, el argentino Lucas Biglia, el portugués André Silva o el croata Nikola Kalinic.
Tras empezar con dos triunfos, los “rossoneri” sufrieron un contundente 1-4 contra el Lazio y de allí empezó una involución que llevó hasta la destitución del técnico, Vincenzo Montella, y a la contratación del entonces entrenador de la cantera, Gattuso.
Sin embargo, el cambio de preparador no dio los resultados deseados y el Milan solo consiguió 4 puntos en las siguientes cuatro jornadas (2-2 ante el Benevento, 2-1 al Bolonia, 0-3 contra el Hellas Verona y 0-2 ante el Atalanta).
Dichos resultados confirmaron que los problemas del Milan son muy profundos y que el proceso para volver a la elite todavía requiere mucho trabajo a nivel táctico y psicológico, algo que no puede resolverse únicamente con grandes cambios en la plantilla.
Unas dificultades deportivas y mentales que el Inter dio la sensación de haber superado tras su brillante arranque de temporada, pero que volvieron a ser evidentes en el último mes.
Si el Milan apostó por un cambio radical en su plantilla, el Inter decidió realizar pocas incorporaciones en el mercado veraniego y encomendarse a un guía de carácter como el entrenador italiano Luciano Spalletti.
El nuevo preparador de los “nerazzurri” realizó un intenso trabajo de motivación de un equipo que, pese a contar con una base técnica suficiente para pelear por la zona noble de la tabla, no lograba expresar al máximo todo su potencial.
Sin interesarse en practicar un fútbol espectacular, el Inter realizó prestaciones muy sólidas en el tramo inicial de este curso y logró hacerse un hueco en lo más alto de la tabla, liderado por los goles del internacional argentino Mauro Icardi.
El delantero centro del Inter estuvo impecable en los primeros meses del curso y, con 17 goles ligueros, subió el entusiasmo de un equipo que se sentía listo para pelear hasta el final con el vigente campeón Juventus y con el Nápoles.
El 5-0 endosado al Chievo Verona el pasado 3 de diciembre subió al máximo las expectativas sobre un Inter que, desde allí, tuvo un bajón de forma y que solo marcó un gol en los últimos cinco partidos disputados (entre liga y Copa Italia).
Tras llegar como líderes e invictos a la decimoséptima jornada liguera, los “nerazzurri” sufrieron dos derrotas seguidas (1-3 contra el Udinese y 0-1 ante el Sassuolo) y en siete días pasaron de la primera a la tercera plaza, con 5 puntos de distancia con respecto al liderato.
Cabe subrayar que el Inter todavía está en plena lucha por el título, pero las últimas prestaciones dieron señales preocupantes, que Spalletti necesitará resolver lo más rápido posible para bloquear inmediatamente este bajón.
Así, tanto el Milan como el Inter analizarán lo positivo y lo negativo de su intenso 2017 para sacar indicaciones en vista del nuevo año, que esperan pueda suponer el trampolín para volver a su antiguo esplendor.

Compartir
Abrir chat
Scan the code
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?