Miami, 1 ene (EFEUSA).- El presidente Donald Trump retornó hoy a Washington tras culminar sus vacaciones navideñas en Mar-a-Lago, la propiedad que posee en el sur de Florida y en donde estuvo acompañado de su esposa, Melania, y miembros de su familia.
Además de Trump, Melania y el hijo de ambos, Barron, partieron también esta tarde rumbo a la capital el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el jefe de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, según informaron portavoces de la Casa Blanca.
La hija del presidente Ivanka Trump, su esposo, Jared Kushner, y los hijos del matrimonio, fueron vistos por el grupo de periodistas que acompaña a Trump abordando rumbo a Washington en el Aeropuerto Internacional de Palm Beach.
Trump ha completado un descanso de diez días en cálidas tierras floridianas, en el que además de practicar golf y sumar así 91 días dedicados a una de sus actividades favoritas, según la contabilidad que lleva la cadena NBC News, también ha alimentado su cuenta de Twitter.
El presente año, de hecho, lo empezó con un arisco mensaje en esta red social contra Pakistán, país al que criticó por sus “mentiras y engaños” y por “dar refugio a los terroristas”.
Trump fue anoche anfitrión en la gala de fin de año que se celebró en Mar-a-Lago y a la que acudió de esmoquin en compañía de su esposa, Melania, ataviada con un vestido largo de oro rosa brillante y con acentos florales, y el hijo de ambos, también de esmoquin.
En unas breves palabras que dio a los periodistas que lo acompañan, destacó que 2018 será un “año tremendo”, en el que prevé que las bolsas de valores sigan subiendo y las compañías continúen viniendo al país, y resaltó medidas aprobadas en 2017, como la reforma fiscal.
Durante su estancia en el sur de Florida, Trump ha combinado sus idas a su club de golf con algunos eventos fuera de agenda, como la visita a una estación de bomberos local y un encuentro con 60 miembros de la Guardia Costera, a quienes organizó un pequeño torneo y un almuerzo en el Trump International Golf Club.
Tampoco faltaron los almuerzos con políticos aliados, como el que sostuvo el domingo con el gobernador de Florida, Rick Scott, en su inmensa propiedad de cara al Atlántico levantada en Palm Beach y a la que llama la “Casa Blanca de invierno”.
Ambos abordaron “los esfuerzos en curso de recuperación de huracanes, la necesidad de mejorar la envejecida infraestructura de la nación y otros asuntos importantes para la gente de Florida”, de acuerdo a la Casa Blanca.
Trump encara un 2018 lleno de retos, con elecciones de por medio en las que se juega su mayoría en la Cámara baja, y que se antoja mucho más tortuoso que 2017, año que no ha sido el camino de rosas que muchos republicanos anhelaban.

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