Washington, 15 feb (EFEUSA).- El Departamento de Estado ha emitido una alerta de salud sobre Cuba por los “ataques específicos dirigidos” contra sus funcionarios en La Habana en base a un estudio publicado hoy por la revista “JAMA”, de la Asociación Médica Estadounidense.
De los 24 ciudadanos que EEUU había identificado como posibles víctimas de estos misteriosos ataques, 21 se sometieron a una evaluación científica para determinar las afectaciones neurológicas relacionadas con estos incidentes.
El estudio de JAMA indica que se han observado “disfunciones oculomotoras, vestibulares y cognitivas persistentes”, así como “incapacidad para dormir, síntomas auditivos y dolores de cabeza” asociados a los reportes de “un fenómeno sensorial y/o audible direccional de origen por aclarar”.
Las relaciones de Estados Unidos y Cuba pasan por un momento muy delicado porque el Gobierno estadounidense acusa al cubano de saber quién perpetró entre noviembre 2016 y agosto de 2017 los supuestos ataques a sus funcionarios en la isla y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente, pero el Ejecutivo cubano lo niega.
La alerta de salud del Departamento de Estado es “de ámbito nacional”, aunque hasta ahora solo se había hablado de La Habana, y tiene como objetivo “detallar cómo numerosos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos parecen haber sido objetivo de ataques específicos y que muchos de ellos han resultado heridos como consecuencia de esos ataques”.
A continuación, el aviso, publicado en la página informativa sobre Cuba del Departamento de Estado, dirige al enlace del estudio de JAMA.
Esta investigación “preliminar” concluye que los afectados por estos ataques “parecen sufrir daños prolongados en redes cerebrales extensas sin un historial asociado de traumatismo cerebral”.
Además, alerta de que los resultados del estudio “despiertan la preocupación por un mecanismo nuevo de posible daño cerebral adquirido a partir de una exposición direccional de origen indeterminado”.
Un total de 18 de los 21 ciudadanos que se sometieron a esta evaluación dijeron haber oído un sonido localizado en sus casas y habitaciones de hotel cuando comenzaron los síntomas.
Describieron esos sonidos como “direccionales, intensamente altos y con tonalidad pura y sostenida”.
Un total de 16 dijeron que los sonidos eran de tono agudo y dos que eran de tono grave.
En general se refirieron a estos sonidos como “zumbidos”, “chirrido de metal”, “chillido penetrante” y “canturreo”.
Durante meses, Washington calificó esos ataques de “sónicos”, pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas.
Aparte de los funcionarios, el Departamento de Estado ha informado de que 19 estadounidenses que visitaron Cuba como turistas han reportado desde septiembre los mismos síntomas que los diplomáticos.

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