Washington, 12 mar (EFEUSA).- El sistema auditivo humano rinde de manera más eficiente cuando estamos en movimiento, una capacidad que fue vital para la supervivencia de nuestros antepasados, según un estudio publicado hoy en la revista especializada PNAS.
El informe, liderado por el profesor Lutz Wiegrebe, de la Universidad Ludwig Maximilians de Múnich (Alemania), determinó que la habilidad para estimar con precisión la distancia que nos separa de una fuente de sonido funciona mucho mejor cuando nos movemos.
“La localización de los sonidos es particularmente desafiante cuando la naturaleza de la fuente de sonido no está claramente definida, cuando es un sonido desconocido para nosotros”, señaló el profesor Wiegrebe.
El biólogo y sus colegas se propusieron determinar cómo nuestro sistema auditivo se enfrenta a esta situación, una habilidad clave para el éxito de la supervivencia de la raza humana.
Durante el experimento, varios sujetos con los ojos vendados fueron situados frente a dos fuentes de sonido, una con tonos agudos y la otra con sonidos de tono bajos, que iban colocando a diferentes distancias.
La tarea de los participantes en esta investigación era determinar cuál de las fuentes de sonido estaba más cerca de ellos.
Según el informe, los sujetos que movieron su tren superior hacia los lados pudieron estimar mejor la distancia que les separaba de las fuentes de sonido.
“Este resultado demuestra que los humanos pueden usar paralaje de movimiento auditivo para estimar distancias relativas de las fuentes de sonido”, explicó Wiegrebe.
De hecho, los sujetos pudieron hacerlo incluso cuando la diferencia de distancia entre las dos fuentes de sonido era de solo 16 centímetros.
Los investigadores luego llevaron a cabo dos experimentos más: en uno de estos, los sujetos fueron movidos pasivamente de izquierda a derecha en una plataforma de movimiento, y en el otro los participantes se movieron.
Los resultados mostraron que los participantes obtuvieron mejores resultados cuando se les permitió moverse activamente.
“La correlación entre nuestro movimiento y el sistema auditivo es notable”, apuntó el biólogo.
“Claramente, facilita el procesamiento del cambio esperado en las posiciones relativas de las fuentes de sonido en el cerebro”,añadió.
A pesar de que esta habilidad está demostrada en humanos, se desconoce si otros mamíferos usan el mismo mecanismo.

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