Río de Janeiro, 3 may (EFE).- La Fuerza Sindical, segunda mayor central sindical de Brasil, criticó hoy severamente la decisión del Gobierno brasileño de usar 1.160 millones de reales (unos 341 millones de dólares) de recursos públicos para cubrir deudas que no fueron pagadas por Venezuela y Mozambique.
La crítica fue hecha por la central sindical en un comunicado divulgado este jueves, un día después de que el Congreso, a petición del Gobierno, aprobara un proyecto de ley que modifica el Presupuesto del Estado este año y que destina ese valor al Fondo de Garantía de las Exportaciones.
El fondo que fue capitalizado con recursos públicos es el que garantiza los préstamos concedidos por diferentes entidades, principalmente el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES, el banco de fomento del Gobierno brasileño), a países que importan productos o servicios de empresas brasileñas.
El mecanismo fue garante de préstamos por 1.500 millones de reales (unos 441,2 millones de dólares) que el BNDES y el Credit Suisse concedieron a Venezuela y Mozambique y que los dos países se abstuvieron de pagar.
“Es absurda la aprobación en el Congreso Nacional de una ley que destina 1.160 millones de reales del presupuesto nacional (es decir de recursos provenientes de los tributos que todos los brasileños pagan) para cubrir moratorias aplicadas por Venezuela y Mozambique”, según el comunicado de la Fuerza Sindical.
La central sindical cuestionó principalmente que los recursos destinados a cubrir la deuda hubiesen sido retirados del Fondo de Amparo a los Trabajadores, un fondo igualmente público con el que el Gobierno paga el subsidio a los desempleados.
“Lamentable e inadmisible esa posición. Es fácil hacer cortesía con el dinero de los otros, principalmente cuando esos otros no tienen vivienda adecuada, salud de calidad, educación para sus hijos y conviven diariamente con el desempleo, impuestos y tributos en las alturas”, según el sindicato.
“No podemos admitir, en ninguna hipótesis, el uso de ese dinero de los trabajadores para ese tipo de finalidad, resultado de prácticas nefastas de gobierno anteriores”, agregó Fuerza Sindical en una referencia a la buena relación que los expresidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff tuvieron con sus entonces homólogos Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
El presidente brasileño, Michel Temer, al defender el uso de los recursos públicos para cubrir las deudas impagas, alegó que el Estado, como garante de esos préstamos, tiene que cumplir sus compromisos para no ser considera un mal pagador por los bancos internacionales.
Tras la moratoria declarada por Venezuela y Mozambique de parte de esas deudas, los gestores del Fondo de Garantía de las Exportaciones anunciaron que el mismo carece de recursos para cubrir los préstamos y que el Gobierno, como fiador, tiene que cubrirlos hasta antes del 8 de mayo próximo.
La mayor parte de esa deuda se refiere a un préstamo por 274,6 millones de dólares que Venezuela tenía que haber pagado hasta enero pasado.
Venezuela pagó en enero pasado, con cuatro meses de atraso, una deuda de 262,5 millones de dólares que tenía con el BNDES, pero la deuda que vencía ese mes con la misma garantía no fue saldada.

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