Apagones en Cuba: La Larga Sombra de una Crisis Energética

La crisis energética que atraviesa Cuba está provocando apagones simultáneos que afectarán al 48% de la población durante las horas de mayor consumo, en la tarde y noche, según informó la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) este jueves. Durante varios días consecutivos, las tasas de déficit han superado el 50%, y los cortes de luz han alcanzado, en ocasiones, más de 20 horas diarias en todo el país.

Este grave problema se debe, entre otros factores, a que la mayoría de las centrales termoeléctricas, fundamentales para la generación de energía en la isla, están obsoletas. Tras décadas de explotación, sufren de un crónico déficit de inversión y mantenimiento. Además, muchos generadores eléctricos están fuera de servicio debido a la falta de divisas para importar combustible, lubricantes o repuestos.

El Gobierno cubano atribuye los apagones principalmente a las averías en las centrales térmicas, que han estado en funcionamiento durante décadas, y a la escasez de combustible y divisas para adquirirlo.

La UNE, parte del Ministerio de Energía y Minas, estima que durante el horario “pico” de esta jornada, la capacidad máxima de generación será de 1.760 megavatios (MW) frente a una demanda de 3.280 MW. Esto resulta en un déficit de 1.520 MW y una afectación real de 1.590 MW, lo que significa que la desconexión necesaria para evitar apagones desordenados frecuentemente supera las proyecciones oficiales.

Actualmente, el 50% de las 16 unidades de producción termoeléctrica disponibles están fuera de servicio por averías o mantenimiento. Asimismo, 44 centrales de generación distribuida (motores) no operan por falta de combustible (diésel y fueloil), y otra treintena permanece inactiva por la carencia de lubricantes.

Expertos independientes señalan que la crisis energética es consecuencia de una infrafinanciación crónica en este sector, completamente controlado por el Estado cubano desde la revolución de 1959. Por su parte, el Gobierno cubano destaca el impacto de las sanciones estadounidenses en esta industria, acusándolas de “asfixia energética”.

Cálculos independientes sugieren que el Gobierno cubano necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para revitalizar el sistema eléctrico, una suma que La Habana no puede permitirse.

Los apagones representan un serio obstáculo para la economía nacional, que se contrajo un 1,1% en 2024 y ha acumulado una caída del 11% en los últimos cinco años, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que el producto interno bruto (PIB) de Cuba sea negativo este año.

Además, los cortes de energía están avivando el descontento social en la isla, habiéndose vinculado a algunas de las protestas más significativas en los últimos años, como las masivas de julio de 2021 y las recientes manifestaciones en La Habana y Gibara.

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