Santiago de Chile, 14 dic (EFE).- La economía de Venezuela cerrará 2017 con una caída del 9,5 %, completando cuatro años en recesión, con una contracción acumulada del producto interior bruto (PIB) del 31,9 % respecto del 2013, dijo hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
También para la República Bolivariana de Venezuela 2017 será el cuarto año consecutivo con tasas de inflación de más de dos dígitos y el segundo con una tasa superior al 300 %, precisó la Cepal en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2017.
El aumento de los precios del crudo ha permitido este año que las exportaciones crecieran un 9,0 %, lo que junto con la caída de las importaciones (-26,0 %), originó un pequeño superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
Según el documento, de mantenerse la restricción externa se espera en 2018 una prolongación del escenario actual, con un nuevo descenso del PIB, del 5,5 %, una inflación creciente, un fuerte aumento de los agregados monetarios y una depreciación significativa de la moneda.
La caída de los precios del crudo que se venía registrando desde 2013 tuvo, según la Cepal, un impacto significativo en las finanzas públicas venezolanas; los ingresos de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) cayeron un 60,6 % entre 2014 y 2016, lo que redujo la contribución fiscal de PDVSA en esos años.
Este año, una subida del 28,6 % en los precios de la canasta petrolera venezolana relajó en algo la restricción presupuestaria que enfrenta PDVSA, pero el descenso de la producción en 2016 y 2017 ha atenuado los efectos favorables del alza del precio.
En 2016, los ingresos fiscales no petroleros crecieron un 185,6 % nominal,según el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), y el acumulado entre enero y octubre de 2017 muestra un incremento del 350,2 % interanual.
El Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas de Venezuela no ha publicado las cifras de gestión fiscal desde 2013 y tampoco información sobre la deuda pública desde marzo de 2017.
El esquema cambiario fue modificado el pasado mayo, cuando se anunció que las ventas de divisas a través del Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (DICOM), usado para financiar importaciones prioritarias no esenciales, se efectuarían en el marco de una banda que oscilaría en virtud de las condiciones del mercado, mientras se mantiene el tipo de cambio empleado para las importaciones del sector público.
Utilizando como referencia el tipo de cambio DICOM, el bolívar experimentó una depreciación del 396 % entre enero y noviembre de 2017, y del 1.645 % si se usa como referencia el tipo de cambio paralelo.
No obstante, 2017 terminaría con un superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos (0,7 % del PIB) por primera vez desde 2014, mientras los términos de intercambio experimentaron una recuperación del 13 %, tras caer un 41 % en 2015 y un 16 % en 2016.
Según datos de la OPEP, en 2016 la producción promedio de crudo redujo unos 216.000 barriles diarios y en 2017, hasta octubre, la caída de la producción fue de 112.000 barriles diarios, con lo cual la caída acumulada desde 2013 sería de 400.000 barriles diarios.

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