Washington, 26 feb (EFEUSA).- Monica Lewinsky, la exbecaria de la Casa Blanca cuya relación con el entonces presidente Bill Clinton (1993-2001), le valió un histórico juicio político al gobernante, afirma que existió cierto “abuso inapropiado de la autoridad” por parte del mandatario.
“Ahora me doy cuenta de lo problemático que fue hasta que los dos llegáramos a la cuestión del consentimiento. El camino que llevaba hasta allí estaba plagado de abuso inapropiado de la autoridad, posición y privilegio”, escribió Lewinsky en una extensa columna que saldrá en el número de marzo de la revista Vanity Fair, y de la que hoy se han hecho eco otros medios locales.
Pese a la desigual relación de poder entre ambos, lo que según la exbecaria facilitó que Clinton “se aprovechara” de su subordinada, Lewinsky se muestra tajante al afirmar que se trató de “una relación consensuada”.
Fue todo lo que vino después lo que, según ella, le hizo sentir el peso del poder: el escándalo mediático, las mentiras de Clinton ante el Congreso que provocaron una investigación que acaparó portadas a finales de los años noventa, el perdón público de la entonces primera dama, Hillary Clinton.
“Cualquier ‘abuso’ vino después, cuando se me convirtió en un chivo expiatorio con el propósito de proteger su posición de poder”, valora Lewinsky a sus 44 años de edad.
En cualquier caso, Lewinsky afirma que a día de hoy, viendo lo sucedido bajo el prisma del movimiento #MeToo (#YoTambién), que ha servido para sacar a la luz en los últimos meses cientos de casos de acoso y abuso sexual, se da cuenta de que durante años anheló algún tipo de disculpa, pero que esta nunca llegó.
“Meramente me dijo, con su sonrisa inescrutable: ‘Sé que fue desafortunado'”, criticó.
Durante años, esta mujer de origen californiano ha denunciado que sólo ella pagó un elevado precio por todo lo sucedido, ya que mientras Clinton dejaba atrás la investigación del fiscal especial Kenneth Starr y seguía con su presidencia, ella se vio aislada laboralmente, lo que le generó un trastorno de estrés postraumático.
“De largo, he estado sola. Tan, tan sola. Públicamente sola, abandonada por la mayoría de las personas clave envueltas en la crisis, quienes de hecho me conocían bien. Todos podemos estar de acuerdo en que cometí errores, pero tener que nadar en ese mar de soledad fue aterrador”, afirmó.

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