Después de un largo tiempo se retoman los viajes espaciales tripulados estadounidenses. Ha pasado casi una década que no se realizaban esos vuelos espaciales con humanos y ya casi están por entrar en órbita un cohete con tripulación, contando esta vez con el concurso de una compañía privada como responsable del acontecimiento.

En efecto, está pautado, que para el próximo miércoles 27 de mayo el cohete Falcon 9, perteneciente a SpaceX y la cápsula del Dragón lleven a dos astronautas de la NASA en lo que es considerado un vuelo de prueba que no se realizaba en varios años.

El Centro Espacial Kennedy será el escenario donde se desarrolle este importante evento, es el mismo lugar desde donde se lanzó la nave que llevó al hombre a la luna y del vuelo del último trasbordador espacial.

Los vuelos espaciales no se han detenido y la actividad es constante, pero, ha sido para el trasporte de satélites, robots exploradores o suministros para estaciones espaciales; los astronautas tuvieron como única vía para orbitar a los cohetes rusos.

En esta oportunidad los pilotos de la NASA, Doug Hurley y Bob Behnken, pueden contar con la posibilidad de despegar desde su propio territorio con el cohete de SpaceX.

“Volviendo a tener la oportunidad de ver los vuelos espaciales humanos desde nuestro propio patio trasero”, dijo Behnken. “Eso es lo más emocionante para mí”.

La participación de la empresa privada en el desarrollo aeroespacial está significando que la NASA pueda enfocarse a objetivos más profundos como el retorno del hombre a la luna, el desarrollo de viajes hacia destinos más lejanos y el desarrollo de tecnologías afines.

“Estamos creando un impulso hacia un futuro mucho más emocionante”, afirmó John Logsdon, fundador del Instituto de Política Espacial de la Universidad George Washington y profesor emérito.

El despegue está programado para las 4:33 pm EDT del miércoles.

Los dos astronautas, Hurley, un infante de marina retirado de 53 años y Behnken, de 49 años, coronel de la Fuerza Aérea, permanecerán de uno a cuatro meses en el laboratorio orbitante, que en la actualidad cuenta con una tripulación de tres hombres de tamaño medio. Realizarán varios experimentos y seguramente realizarán caminatas en el espacio. Terminarán su misión amarizando en el Atlántico, algo que no se ha vuelto a ver a lo largo de medio siglo.