Tensión en el Caribe: Estados Unidos Aumenta su Capacidad Militar para Atacar Venezuela

Estados Unidos ha consolidado una fuerza militar de más de 10,000 efectivos en el Caribe, capaz de realizar ataques desde tierra, mar y aire contra Venezuela. Este despliegue, presentado inicialmente como una operación para combatir el narcotráfico, ha evolucionado hacia una estrategia de presión directa sobre el gobierno de Nicolás Maduro.

Capacidades Militares del Pentágono

El Pentágono ha establecido una estructura militar que le permite lanzar misiles de largo alcance desde buques y submarinos, llevar a cabo incursiones de fuerzas especiales mediante convertiplanos y atacar centros de mando desde el aire. También tiene la capacidad de bloquear puertos y rutas marítimas, interrumpiendo las vías de salida del país. Aviones de patrulla y sistemas de vigilancia monitorean la costa venezolana, así como los movimientos de tropas y las comunicaciones, prestando especial atención a la frontera con Colombia.

Despliegue Estratégico de Más de 10,000 Militares

Más de 10,000 militares estadounidenses están desplegados en la región, según informes de la administración Trump y aliados en el Congreso. La operación incluye bombarderos estratégicos en bases de Louisiana y Puerto Rico, cazas de última generación, buques armados con misiles y unidades de operaciones especiales distribuidas entre Puerto Rico y Trinidad y Tobago.

El grupo anfibio Iwo Jima, con más de 1,600 infantes de marina, está listo para actuar por mar o aire en cuestión de horas. Washington califica este dispositivo como un despliegue de acción inmediata, diseñado para facilitar un ataque directo si así lo decide la Casa Blanca.

Demostraciones de Fuerza

Recientemente, tres bombarderos B-52 volaron a menos de 150 millas de la costa venezolana, lo que representa una clara demostración de la creciente presencia militar estadounidense en el Caribe. Desde septiembre, se han llevado a cabo al menos siete ataques contra embarcaciones acusadas de transportar droga, y la Casa Blanca ha confirmado la autorización para operaciones encubiertas de la CIA en territorio venezolano. Estas acciones se presentan oficialmente como parte de una estrategia de seguridad nacional contra “redes criminales transnacionales”, más que como un intento de derrocar a un gobierno.

De la Lucha Antidrogas a la Presión Política

Aunque la misión se inició como una campaña contra el narcotráfico, la Casa Blanca ha dejado claro que uno de sus objetivos políticos es la expulsión de Nicolás Maduro del poder. Cuando se le preguntó sobre posibles concesiones del mandatario venezolano, el entonces presidente Donald Trump respondió: “Solo debería no haber jodido con los Estados Unidos de América”.

La estrategia incluye ofrecer una salida bajo custodia o, en su defecto, el uso de fuerza dirigida para capturar o eliminar a los líderes del chavismo. El Departamento de Estado ha calificado a Maduro como un “fugitivo de la justicia estadounidense”, y la Casa Blanca afirma estar dispuesta a utilizar todos los elementos del poder norteamericano para lograr sus objetivos.

Cambios en la Estrategia y Respuesta de Maduro

Fuentes políticas en Washington indican que la reciente evolución de la estrategia se debe al creciente peso del secretario de Estado, Marco Rubio, y de la jefa de Gabinete, Susie Wiles, quienes abogan por una línea de máxima presión. El sector que promovía el diálogo, encabezado por el enviado especial Ric Grenell, ha quedado marginado.

Opositores venezolanos citados por ABC aseguran que Caracas ha intentado ofrecer un traspaso de poder a Delcy Rodríguez, pero esta propuesta fue rechazada por Washington. En respuesta al despliegue militar estadounidense, Maduro ha llevado a cabo maniobras militares y ha reforzado la seguridad interna, advirtiendo sobre el riesgo de un “nuevo Irak”, es decir, una guerra prolongada tras un descabezamiento rápido del gobierno.

Los altos mandos rotan entre Caracas, Valencia y Maracay, mientras se intensifica la vigilancia en las Fuerzas Armadas ante posibles traiciones. La situación en el Caribe y su impacto en Venezuela continúan siendo objeto de atención y análisis en el ámbito internacional.

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