Washington, 5 abr (EFEUSA).- El presidente, Donald Trump, aflojó hoy la presión sobre México al aplaudir en Twitter sus “fuertes leyes migratorias”, mientras se prepara para enviar “entre 2.000 y 4.000” militares de la Guardia Nacional a la zona limítrofe para combatir la inmigración irregular.
“Entre 2.000 y 4.000”, dijo hoy Trump al ser preguntado por cuántos miembros de la Guardia Nacional enviará a la frontera, en declaraciones a periodistas en el avión que le llevaba de vuelta a Washington desde Virginia Occidental.
“Probablemente los mantendremos a todos o a una parte grande de ellos” hasta que el muro esté construido, añadió Trump, quien dijo que su Gobierno todavía está “viendo” cuánto dinero costará ese despliegue a los estados fronterizos.
Trump, no obstante, comenzó el día alabando en Twitter al Gobierno mexicano por haber puesto fin a la caravana de cientos de inmigrantes centroamericanos que recorre México.
“La caravana está disuelta en gran medida gracias a las fuertes leyes migratorias de México y su voluntad para usarlas de modo que no se causase una gigantesca escena en la frontera”, afirmó Trump, quien terminó su mensaje en Twitter con la frase: “¡Detengamos las drogas!”.
Sin embargo, los integrantes de la caravana aseguraron hoy que que continúan con su recorrido por México, aunque no planean llegar a EE.UU., sino que culminarán su trayecto en la capital mexicana.
Trump, además, consideró hoy que los niveles de detenciones en la frontera con México siguen siendo “inaceptables”, aunque en el año fiscal anterior (de octubre de 2016 a septiembre de 2017) se registró la cifra más baja de arrestos desde 1971, con 310.531 detenciones.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristjen Nielsen, atribuyó la decisión de desplegar la Guardia Nacional -un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas- al aumento de aprehensiones en la frontera en febrero y marzo de este año.
Específicamente, en febrero las detenciones aumentaron un 55 % con respecto al mismo mes del año anterior, mientras que el incremento en marzo fue del 200 %.
“Estamos en un punto de crisis y queremos acabar con ello antes de que aumenten más”, afirmó Nielsen.
Además, especificó que la Guardia Nacional apoyará a los agentes fronterizos en operaciones aéreas para detectar actividades ilegales, así como en labores mecánicas, como reparación de vehículos, y ofrecerá cuidados médicos a los inmigrantes que lo necesiten.
“Lo que haremos será liberar a los agentes fronterizos para que pueden hacer cumplir la ley”, indicó.
La ley estadounidense prohíbe usar a los militares para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional, por lo que los miembros de la Guardia Nacional tendrán un papel limitado en la frontera y no podrán dedicarse a detener inmigrantes que lleguen a la zona limítrofe.
La Cancillería mexicana afirmó este miércoles en un comunicado que los militares de la Guardia Nacional “no portarán armas”, aunque Nielsen rechazó confirmar hoy si eso es cierto y aseguró que “continúan las negociaciones” tanto con el Ejecutivo mexicano como con los estados fronterizos.
Nielsen conversó hoy con los gobernadores de los cuatro estados que hacen frontera con México (Texas, Arizona, California y Nuevo México), que tienen responsabilidad sobre la Guardia Nacional.
Los gobernadores republicanos de Texas, Arizona y Nuevo México ya han respaldado la iniciativa de Trump, y falta que se posicione California, que por su tamaño y por su claro dominio demócrata se ha erigido en uno de los principales contrapesos a las políticas del presidente, especialmente en materia migratoria.
A través de un comunicado, el portavoz del gobernador demócrata Jerry Brown aseguró que California revisará “rápidamente” la petición del Departamento de Seguridad Nacional.
Según el portavoz de Brown, 250 voluntarios conforman actualmente la Guardia Nacional de California, de los que 55 específicamente sirven de apoyo en la frontera con México.
Texas también tiene ya en la frontera a militares de la Guardia Nacional, pues su anterior gobernador, el republicano Rick Perry, ordenó el despliegue de mil militares en 2014, cuando miles de niños procedentes de Centroamérica ingresaron a EE.UU. a través principalmente del Río Bravo.
El actual gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, mantuvo en la frontera a parte de esos militares de la Guardia Nacional cuando llegó al poder, en enero de 2015.
Ya existe, por tanto, un número de militares de la Guardia Nacional en la frontera con México.

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