Guadalajara (México), 7 ago (EFE).- Los problemas de salud en la población migrante centroamericana se derivan, en gran medida, de la violencia que han sufrido en sus países de origen y en México, indicó a Efe María Hernández, de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
Hernández, quien es coordinadora del proyecto de Migrantes y Refugiados de MSF, señaló que la violencia “va dejando un pozo en la parte psicológica” y en los casos de, por ejemplo, secuestros o agresiones, “hablamos también de heridas físicas más graves”.
Agregó que “cuando tú estás huyendo, como migrante o refugiado, de tu país se genera un impacto en tu salud anímica y mental”.
La experta dijo que esto suele manifestarse en ansiedad y depresión, lo que se hace crónico debido al alto estrés y los eventos de violencia.
En el primer semestre de 2018, Médicos Sin Fronteras ha ofrecido en México atención médica, psicológica y de trabajo social “prácticamente al mismo número total de personas (migrantes) que atendimos en 2017”, dijo Hernández.
En el área de trabajo social se han realizado 7.200 charlas; han sido beneficiarias en actividades de salud mental 6.400 personas, de las que 654 fueron consultas psicológicas; en tanto que el total de consultas médicas, hasta ahora, es de 3.800.
Del total de pacientes en consultas de salud mental, el 89 % refiere que han sido víctimas de violencia intencionada, el 50 % habían vivido la violencia en su país de origen, 23 % vivió violencia en la ruta migratoria y el 26 % ha sufrido violencia en ambos espacios.
Tras su trabajo en la atención médico humanitaria en distintos puntos de la ruta migratoria en México, María Hernández identifica que en la frontera sur “hay más necesidad” y que la violencia sexual es, “quizás, la más preocupante” y uno de los puntos más invisibilizados.
Durante el primer semestre del año, informó, “hemos atendido 78 casos de violencia sexual, de los cuales sólo 11 hemos sido capaces de captarlos antes de las 72 horas”, tiempo en el que, según el protocolo médico, se deben administrar antirretrovirales para prevenir la transmisión del VIH.
“Es uno de los retos poder llegar a estas personas a tiempo y que todas las organizaciones que nos dedicamos a proveer la salud, pongamos una especial atención en estas personas que, sin duda, son de las más vulnerables”, expresó.
La prisa con la que los migrantes transitan es también uno de los retos para brindar servicios de salud, por lo que MSF ha adaptado la manera en la que atiende a esta población.
“Nos pasa que llegan los migrantes a los centros de atención, a lo mejor están en la consulta, escuchan el tren, dan las buenas tardes y salen corriendo”, comentó María Hernández.
Por ello, han diseñado las consultas únicas, un tipo de intervención psicológica en la que, si la persona está decidida a seguir su ruta, se le da las herramientas para que pueda continuar en las mejores condiciones.
Sin embargo, cuando los problemas son más graves, se canalizan hacia un centro de atención médico integral, en la Ciudad de México, o a los servicios del sector salud para recibir una atención multidisciplinaria.
En el servicio de atención médico integral son atendidos también los casos más graves en víctimas de violencia, como tortura y tratos inhumanos, los cuales generan gran impacto en la funcionalidad de la persona.
Las caminatas prolongadas durante varios días, expuestos a la violencia y la intemperie en duras condiciones, genera otros importantes problemas en la salud de los migrantes como la deshidratación, infecciones respiratorias y cutáneas.
Además se exponen a viajes peligrosos, dice Hernández, “cuando no lo hacen a pie, utilizan el tren o camiones pero, ante el miedo de que los vea migración, muchas veces se tiran del tren” lo que ocasiona lesiones, fracturas y dolores musculares.
Dentro de la población migrante, los más vulnerables a problemas de salud son los niños, mujeres que viajan solas, la población lésbico, gay, transexual e intersexual (LGBTI) -por problemas de discriminación- e independientemente del sexo y edad, todas las víctimas de violencia directa.
Hernández hizo hincapié en recordar que, sin importar la razón por la que las personas sean migrantes, “hay que visibilizarlas y, quizás, apelar a nuestra responsabilidad como ciudadanos para protegerlas”.
Finalmente, señaló que “la salud al final es una de las necesidades básicas, es el derecho que te va a permitir seguir adelante con tu vida”.