Page 11 - 71 Abril Jacksonville
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Portada
Pero detrás de la profesional, hay también una
mujer con sueños, metas y una historia de lucha
y superación. Sus hijos, Sylvana, Anthony y Julián
David, son su motor y su inspiración. “Ellos son mi
razón de ser”, confiesa. “Todo lo que hago es por
ellos, son mi mayor orgullo”. A pesar de su exigente
trabajo, Nancy siempre encuentra tiempo para su
familia.
Los viajes son otra de sus pasiones. Cada vez
que puede, empaca maletas y explora nuevos
destinos, buscando siempre aprender algo nuevo,
descubrir técnicas innovadoras y perfeccionar su
arte.
Más allá de su éxito profesional, Nancy es una
sobreviviente. Años atrás, enfrentó una dura batalla
contra el cáncer, una experiencia que transformó su
visión de la vida y la impulsó aún más a ayudar a los
demás. Además, fue víctima de violencia doméstica,
una realidad que la marcó profundamente.
Precisamente porque conoce en carne propia el
daño emocional que esto puede causar, entiende a
la perfección a muchas de sus pacientes: mujeres
que, después de años de inseguridades o maltrato,
deciden someterse a un procedimiento estético
para recuperar su autoestima y confianza. A ellas,
Nancy las atiende con un cuidado especial, con la
empatía de quien ha pasado por el mismo camino
y sabe lo importante que es sentirse bien consigo
misma.
Sueña con seguir expandiendo su equipo de
trabajo, con llevar su conocimiento a otros lugares y
con formar una nueva generación de especialistas
que comprendan la verdadera importancia del
postquirúrgico. Y, sobre todo, sueña con un futuro
donde las personas tomen decisiones informadas
sobre su salud, donde nadie tenga que sufrir
complicaciones por haber elegido a la persona
equivocada para su recuperación.
Su trabajo no es solo una profesión, sino una
misión. Es la oportunidad de transformar vidas,
devolver confianza y ser una aliada en el proceso
de recuperación de sus pacientes.
Nancy Cano es más que una experta en
postquirúrgicos: es una líder, una educadora, una
mujer que transforma vidas con sus manos y su
conocimiento. Y su historia, lejos de terminar, sigue
escribiéndose con cada paciente que confía en ella
para sanar.
Sus hijos, Sylvana,
Anthony y Julián
David, son su motor
y su inspiración.
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Qué tal JACKSONVILLE 11
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