Page 16 - 73 Julio Jacksonville
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Comunidad
arquitecto y pastor Samuel Márquez, y
sus dos hijos, quienes también tienen
un corazón de servicio. “Son niños
que aman ayudar, que aman la iglesia,
que hablan español e inglés, y que
entienden que cada día es único e
irrepetible”, dice con orgullo.
A su familia le encanta viajar, caminar
por la naturaleza y descubrir nuevos
lugares. “Viajar es igual a terapia”, repite
como uno de sus lemas de vida.
El sueño de Merari a futuro es claro:
construir un centro de retiro terapéutico
con animales, árboles, tierra fértil y
mucho espacio para sanar. “Yo quiero
salirme de las cuatro paredes. Quiero
un lugar donde las personas puedan
reencontrarse con la vida”, dice.
Cuando se le pregunta por qué
hace todo esto, por qué insiste en
ayudar a los demás incluso cuando se
ha quedado sin nada, ella responde con
Fue en esa fractura donde Merari se su encierro, encuentren belleza en una cita de Martin Luther King que la
transformó. Con su esposo y sus hijos, lo cotidiano y compartan, a través de acompaña desde siempre: “Si ayudo
emigró a Estados Unidos. Primero a imágenes, lo que para ellos significa la a una sola persona, no habré vivido en
Filadelfia y luego a Florida, donde hoy salud mental. vano”. Y cada día, Merari Candelario lo
vive, trabaja y sueña. En el camino, “En solo un mes atendí a seis cumple con creces.
Merari estudió, se certificó como jóvenes con intentos de suicidio. Eso
consejera en salud mental y comenzó me sacudió. Y supe que había que “Ayudar es lo único
a atender pacientes. Lo hizo primero hacer algo”, relata. El proyecto ha sido
en una oficina que luego denunció por apoyado por la fundación Gratitude que sé hacer. Y lo
abusar de pacientes hispanos. Tras Giving y espera crecer en los próximos único que quiero
levantar la voz y ser despedida, entendió meses.
que debía abrir su propio espacio. Merari vive en San Agustín desde seguir haciendo”.
hace tres años junto a su esposo, el
Así nació su consultorio de terapia
psicológica, fundada en noviembre de
2023. Allí trabaja en solitario, atendiendo
casi exclusivamente a la comunidad
latina. “No es lo mismo contar tus heridas
en otro idioma. Uno necesita hablar con
el corazón, y eso solo se puede hacer en
la lengua de uno”, explica. Su enfoque
no es tradicional: mezcla terapia del arte,
contacto con la naturaleza, sanación
interior y conexión espiritual. “Trabajo
desde el corazón. Entre tú y yo, siempre
pongo el corazón en el medio”, afirma.
A sus pacientes les ofrece más que
consejos: les entrega presencia, tiempo,
escucha y un espacio seguro donde no
hay juicio. “Yo no sé hacer otra cosa. No
voy a una oficina a trabajar. Yo voy a hacer
lo que Dios me mandó a hacer”, dice.
Uno de sus proyectos más recientes
se llama “Conectar la mente con el
lente”, un concurso de fotografía para
jóvenes que han enfrentado depresión
o pensamientos suicidas. La iniciativa
busca que los adolescentes salgan de
16 Qué tal JACKSONVILLE