Llega nuevamente la fecha más importante del año. Llega la Navidad. Momento esperado para realizar el reencuentro de la familia, época de niños, de cuando reaparece incluso nuestro niño interno, tiempo de dar y recibir amor, época de tradición familiar. Es el cuándo se inmortalizan para nosotros las experiencias de la familia en fotos o videos, los cuales ayudarán a resistir en la memoria esos momentos inolvidables. Tiempo en que cada integrante de la familia quiere entregar de regalo lo mejor de sí a sus seres queridos.
Es tiempo en que nuestros valores se reafirman con amor y paz. Tiempo de la reafirmación de nuestra fe en Dios.
Momento en que es más importante compartir con la familia los valores más importantes, los cuales superan largamente a los obsequios o regalos materiales.
Tiempo de disfrute y alegría con espiritualidad. Es la Navidad el tiempo de costumbres que llaman a ser actores principales en el mensaje de amor y entrega.
Es también momento de tristeza porque por diferentes circunstancias alguien han dejado vacía su silla y no esté con nosotros. Tiempo de alegría y tristeza, pero que sin embargo nuestro pensamiento y deseo va hacia ellos con el cariño de siempre.
Es tiempo de recuperar lo que poco a poco ha ido perdiéndose, para dar paso a solamente a un día festivo en los que importa más un regalo y se pierde la agradable sensación espiritual que siempre ha significado la Navidad.
Bendito aquel que pueda disfrutar en familia esta fiesta decembrina y que la bendición se repita año tras año. Está en nosotros que la Navidad no pierda su esencia y podamos educar a los que nos rodean de la importancia del amor y de la paz.
Con actitud amorosa, generosa y alegre estaremos transmitiendo lo mejor a los niños.