Sismos como, como el ocurrido en Puerto Rico, calificado por los expertos como una actividad sísmica “inusual” pueden llevar una capacidad destructiva preocupante, incluso pudieran ser trágicos en las zonas afectadas.
En efecto, Puerto Rico, territorio norteamericano de 3,2 millones de habitantes fue removido por un fuerte terremoto. En semanas anteriores se produjeron alrededor de 2.000 temblores que remecieron la isla según la Red Sísmica de Puerto Rico, se presentó uno de magnitud 4,7 el 28 de diciembre, horas después se sintió otro con magnitud 5.
El terremoto localizó su epicentro al sureste de Guánica, municipio de Puerto Rico, ubicándose su foco a 5.0 kilómetros de profundidad.
Después de presentado el terremoto se sucedieron 400 réplicas con magnitudes a 2 y este martes 8 de enero se manifiesta otro sismo de magnitud 6,4. Ese fenómeno que viene ocurriendo se debe a lo que los geólogos llaman una “secuencia sísmica”.
La secuencia consiste en que luego de haber ocurrido un sismo principal, le sigue de una serie de réplicas de menor magnitud.
A saber, Puerto Rico está ubicada en de una zona sísmica donde dos placas tectónicas mayores intercambian presiones entre sí. Al norte se sitúa la placa norteamericana y al sur la placa del Caribe. Esa característica ubica a la isla en una de las zonas con más sensibilidad sísmica del mundo.
Puerto Rico aún se recuperaba de los embates del huracán María, la devastadora tormenta de categoría 5 que azotó varias partes del Caribe en septiembre de 2017. Calculándose que, en la isla, el huracán dejó un saldo de 2.975 personas fallecidas y causando daños calculados en US$100.000 millones.
La gobernadora ha prometido ayuda a los afectados especialmente a los municipios de Guánica y Guayanilla, donde colapsaron varias viviendas, dijo este martes que todos los servicios de seguridad gubernamentales están “activados”.
Casi no hay víctimas que lamentar, aunque muchas pérdidas materiales, pero, la peor pérdida es el desplome de Playa Ventana, paisaje icónico de la región y recurso invaluable de la comunidad. El arco de piedra había sido motivo de orgullo de los habitantes de este lugar.