En una carrera contrarreloj, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado una legislación crucial para evitar el cierre del gobierno federal. El proyecto de ley, que extiende por una semana la prórroga presupuestaria, ahora pasa a la consideración del Senado, donde se espera su aprobación en horas de la noche. Con el tiempo agotándose, el Congreso se prepara para votar por una extensión temporal en los fondos que mantendrán en funcionamiento a las agencias gubernamentales. Descubre los detalles de esta apremiante situación y las posibles repercusiones si no se toma acción.
- La Cámara de Representantes aprueba la extensión presupuestaria por una semana
La Cámara baja ha dado luz verde a la nueva prórroga presupuestaria con un respaldo de 320 votos a favor y 99 en contra. Sin embargo, el proyecto de ley debe superar el escrutinio del Senado antes de su aprobación final. - El Senado se prepara para considerar la legislación
Se espera que los miembros del Senado aprueben esta noche la legislación que facilitará el financiamiento temporal de las agencias gubernamentales. La extensión temporal permitirá que algunas agencias sigan operando durante una semana más, o hasta el 8 de marzo, mientras que el resto de las instrumentalidades se mantendrán en funcionamiento hasta el 22 del mismo mes. - Negociaciones y plazos límite
Hasta el momento, las negociaciones entre los líderes congresionales de ambos partidos han dado lugar a convenios en seis de los 12 proyectos de ley de gastos anuales. Sin embargo, si los legisladores no toman acción antes del viernes 1 de marzo, el financiamiento expirará para varias agencias clave. La extensión de una semana es necesaria para permitir que los comités encargados revisen el paquete presupuestario adecuadamente. - El impacto de un posible cierre de gobierno
De no completarse el trámite de aprobación y evitar el cierre de gobierno, cientos de miles de empleados públicos verían interrumpidas sus labores y millones de servicios no estarían disponibles para los ciudadanos. El último cierre de gobierno, que ocurrió durante la presidencia de Donald Trump, se extendió por 35 días y fue el más largo de la historia.
Con el reloj en marcha, los legisladores se enfrentan a la presión de evitar un cierre del gobierno y mantener en funcionamiento las agencias y servicios que son vitales para el país. La esperanza reside en que el Senado apruebe la legislación y se logre un acuerdo para garantizar la estabilidad en el financiamiento gubernamental.