Washington, 20 dic (EFEUSA).- La provisión de un centro operaciones a modo de “cerebro” y el desarrollo de las capacidades mediante la imitación son esenciales en el proceso de hacer a los robots humanoides más parecidos a los humanos, según una serie de investigaciones recogidas hoy por la revista “Science Robotics”.
Ambas vías emergentes son las escogidas para el progreso de estas máquinas en la adaptación al entorno, impredecible y complejo, ya que los prototipos suelen ser probados en contextos controlados y experimentales, según un comunicado de la publicación especializada.
Junto con el aprendizaje por imitación, los modelos de simulación fueron otro de los elementos escogidos como componentes “clave” para la creación de humanoides más humanos por Jun Morimoto, del Instituto de Investigación Internacional de Telecomunicaciones Avanzadas de Kyoto, en Japón.
En esta línea, Morimoto sugirió en su estudio la incorporación de materiales flexibles en algunas zonas con el objetivo de imitar a los músculos humanos, lo que podría generar un nuevo espectro de movimientos en estos robots.
Sin embargo, la elaboración de técnicas de imitación necesita de métodos de aprendizaje en profundidad, que consisten en el almacenamiento de ingentes cantidades de datos, en este caso interacciones con el entorno, lo que resultaría en un gran consumo de tiempo.
Dado este hándicap, el experto explicó que la mejor opción sería probar a los humanoides en contextos complicados aleatorios para ajustar su comportamiento en base a una correcta reacción ante estos.
Morimoto también propuso combinar esa vía con la incorporación de los estudios ya existentes sobre movimiento humano y el empleo de los músculos en estas respuesta, de forma que los robots pudieran reconocer las torsiones o la rigidez.
Sobre el aprendizaje por imitación en el aparato motor, mantener el equilibrio mediante la utilización de las distintas partes del cuerpo de la propia máquina es uno de los principales fundamentos, algo que ha sido estudiado por la investigadora Júlia Borrás, del Instituto de Tecnología Karlsruhe, en Alemania.
Con objeto de recolectar posiciones que permitan los apoyos necesarios para mantenerse en pie, el equipo de Borrás analizó un total de 388 posturas realizadas por cuatro personas sanas en 17 escenarios, en los que adoptaron múltiples poses de diferentes dificultades y movimientos, tales como caminar con ayuda, subir y bajar escaleras con barandilla o arrodillarse y erguirse.
Con los datos recolectados en ese trabajo, el grupo de expertos prevé crear un algoritmo para programar en el aparato locomotor de los humanoides.
Por su parte, Eugedio Falotico, de la Escuela de Francia en París, pone el foco en combinar los avances en los movimientos de los humanoides con la suma de un centro de operaciones a modo de cabeza o cerebro que concluya en una mayor eficiencia y una unificación de las decisiones de movilidad.
Aunque estos sistemas -basados en la simplificación de la información que realiza la mente humana- ya se han implementado en humanoides, solo en unos pocos casos se ha realizado con el fin de desarrollar el aparato motor.

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