Washington, 2 ene (EFE).- La teoría de que la leche de vaca aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 1 entre los niños ha sido desmentida después de más de 15 años de investigación internacional, según un estudio que publica hoy la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
Los resultados del primer gran ensayo internacional para tratar de prevenir la diabetes tipo 1 demostraron que la fórmula modificada para bebés en la que las proteínas de la leche de vaca se dividen no previene la diabetes tipo 1 en niños con factores de riesgo genéticos para padecer esta enfermedad.
“Después de más de 15 años de esfuerzo, este estudio pone fin a la controversia sobre el posible papel de la leche de vaca en el desarrollo de la diabetes tipo 1”, afirmó Dorothy Becker, investigadora principal del Hospital de Niños y la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.).
El equipo investigador liderado por Becker, conjuntamente con grupos de otros países, determinó que “no hay evidencia” para revisar las recomendaciones dietéticas actuales para los bebés con alto riesgo de diabetes tipo 1.
“Esto una vez más nos muestra que no hay una forma fácil de prevenir la diabetes tipo 1”, afirmó la profesora.
Investigaciones previas concluyeron que la exposición temprana a proteínas extrañas complejas, como las de la leche de vaca, podían aumentar el riesgo de diabetes tipo 1 en niños pequeños con riesgo genético.
A pesar de que la tipo 1 es la menos frecuente de las diabetes, al suponer solo un 10 % de los casos de esta enfermedad, su incidencia es elevada y está aumentando en los países desarrollados.
El estudio divulgado hoy tuvo una muestra de 2.159 niños con un miembro de la familia afectado por diabetes tipo 1 y con riesgo genético de padecerla para averiguar si retrasar la exposición a la leche de vaca disminuiría el riesgo de diabetes.
Después de ser amamantados, los bebés recibieron un tipo de leche con caseína hidrolizada, es decir, con las proteínas de la leche de vaca divididas.
Los bebés fueron alimentados con la fórmula del estudio durante al menos dos meses hasta la edad de 6 a 8 meses y, al mismo tiempo, no recibieron proteínas de leche de vaca de ninguna otra fuente de alimentos.
Los niños fueron seguidos durante al menos 10 años para determinar cuáles de ellos desarrollaron diabetes.
Después de más de una década de seguimiento en la mayoría de los casos, se concretó que el tipo de leche modificada no redujo la incidencia de diabetes tipo 1 en comparación con la fórmula regular de la leche de vaca.

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