Oakland (EE.UU.), 12 jun (EFE).- La celebración llegó de nuevo a las calles de Oakland, donde más de un millón de personas vitorearon el paso de los jugadores de los Warriors de Golden State que por segundo año consecutivo y el tercero en los últimos cuatro años lograron el título de campeones de la NBA.
Los Warriors barrieron 4-0 a los Cavaliers de Cleveland en las cuartas Finales consecutivas que disputaron ambos equipos como campeones de la Conferencia Oeste y Este, respectivamente.
Los tres títulos actuales, unidos a los otros tres que ya tenían los Warriors, dos conseguidos en el 1947 y 1956 cuando la seden la tenían en Filadelfia y el de 1975, cuando llegaron a San Francisco, les convierte en la nueva dinastía de la NBA, otra de las celebraciones que se dieron durante el desfile.
En medio de un ambiente festivo y con un clima ideal para disfrutar al máximo la celebración, los seguidores de los Warriors se vieron envueltos, de nuevo, en una lluvia de confetis de color azul y oro que cayeron de las alturas mientras los héroes de la nueva dinastía dentro de la NBA pasaban por delante de ellos.
Las calles del centro de la ciudad de Oakland volvieron a ser el escenario ideal para el desfile, que ha sido costeado en su totalidad por los Warriors.
Como se esperaba, el ala-pívot Draymond Green se convirtió de nuevo en el gran centro de atención del desfile al vestir una camiseta en la que se burlaba de nuevo del alero LeBron James, de los Cavaliers.
Green se aprovechó del famoso meme de las redes sociales del puño de “Arthur”, que James publicó en Instagram a principios de esta temporada con la leyenda “Mood …” (estado anímico).
Ya en noviembre, Green siguió el mensaje de “mood” de James con uno de los suyos, aunque dijo que en ese momento no pensaba en James.
Green se presentó este año al desfile con la imagen de un puño y tres anillos de campeonato en sus dedos, uno por cada vez que los Warriors derrotaron a James y los Cavaliers en las Finales.
Los Warriors ganaron títulos en 2015, 2017 y 2018, con cada año anotado en los anillos de la camiseta de Green, mientras que los Cavaliers regresaron de un déficit de 1-3 para ganar el título en 2016.
“Es el momento de celebrar sin pensar en nadie, sólo en nuestros seguidores, pero recordar que tenemos ya tres anillos en nuestro poder”, declaró Green.
El año pasado usó una camiseta con la palabra “Quickie” en ella, representada en el estilo del logotipo de Quicken Loans, el patrocinador principal del campo de los Cavaliers.
Pero James también estuvo presente en el desfile con la imagen llorando que llevaron algunos coches pequeños de golf que fueron utilizados por el personal de la organización que formaban parte de la caravana de los Warriors que participó en el desfile.
Carteles que decían “Dinastía” ondearon desde detrás de las barreras instaladas a lo largo de la ruta en el centro de Oakland, mientras los Warriors paseaban en autobús de doble piso sin techo.
El alero Kevin Durant, ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales por segundo año consecutivo, y el base Stephen Curry, se intercambiaron la posesión del Trofeo Larry O’Brien para mostrarlo a los aficionados que los vitorearon y que en ningún momento estuvieron interesados en ser “interactivos” con los jugadores sino en aclamarlos.
Curry pudo comunicarse de una manera diferente cuando abrió una botella de champaña, la sacudió y roció a la multitud. Luego rompió el protocolo de seguridad y brevemente del autobús y se acercó a los aficionados, les dio camisetas y levantó el trofeo.
El base estrella de los Warriors llevaba un gran sombrero para el sol y debajo una gorra de béisbol “RUN TMC” en honor a Tim Hardaway, Mitch Richmond y Chris Mullin, los homónimos de los equipos de Warriors entrenados por Don Nelson durante las temporadas 1989-90 y 1990-91.
Durant también roció a los aficionados con champán, pero no sin antes tener problemas cuando quiso abrir la botella, mientras que el escolta Klay Thompson dijo a los aficionados que cuando concluyese el desfile deseaba irse a comer un “sandwich”.
El desfile tuvo también un significado especial para los seguidores del equipo que viven en el área de Oakland ya que podría ser el último del equipo en la actual sede ya los Warriors tienen planeando mudarse al área de San Francisco, donde ya se construye el nuevo campo “The Chase Center”, que será inaugurado el próximo año.
Pero antes que eso se dé, los Warriors quieren darle todo el agradecimiento a los seguidores de Oakland y acordaron con las autoridades locales pagar todo los costes del desfile que alcanzaron los tres millones de dólares.
El año pasado los Warriors también hicieron frente a todos los gastos del desfile aunque las autoridades y el equipo de Golden State disputaron la diferencia final de un coste de 787.000 dólares.
La disputa quedó saldada con el pago por parte de los Warriors de la factura final que presentó el ayuntamiento de Oakland, que tres meses después recibió el dinero por parte del equipo.

Marco Rodríguez

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