México Dialoga con Latinoamérica para Gestionar Deportaciones Masivas Prometidas por Donald Trump

El gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha iniciado conversaciones con diversos países de América Latina para que reciban directamente a los migrantes deportados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Esta medida busca evitar que México se convierta nuevamente en el principal receptor de las deportaciones masivas anunciadas por la nueva administración estadounidense.

Una Estrategia Regional para las Deportaciones

En su conferencia matutina, Sheinbaum confirmó que el canciller Juan Ramón de la Fuente está liderando negociaciones con naciones de Centroamérica y otros países latinoamericanos cuyos ciudadanos transitan por México para llegar a la frontera norte.

“Siempre hemos insistido a Estados Unidos que las repatriaciones deben hacerse a los países de origen, no a México”, afirmó la mandataria. Aunque no ofreció detalles específicos, Sheinbaum subrayó que este diálogo busca una solución regional y que México, aunque mantiene un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), seguirá priorizando la cooperación con América Latina.

Preocupaciones por las Deportaciones Masivas

La política de deportaciones masivas anunciada por Trump ha generado una gran preocupación en México, especialmente porque casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos son de origen mexicano. Además, las remesas que estos migrantes envían a sus familias en México representan aproximadamente el 4% del PIB nacional.

Este año, las remesas enviadas por los mexicanos en el extranjero alcanzarían un récord estimado de 65,000 millones de dólares, según datos reseñados por EFE. Estas cifras muestran no solo la importancia económica de los migrantes para México, sino también el impacto social y político que podría tener su repatriación masiva.

Un Problema Regional Compartido

La presidenta Sheinbaum dejó en claro que el gobierno mexicano no está buscando evadir su responsabilidad, sino abordar la crisis migratoria como un problema regional que requiere una respuesta conjunta.

“Estamos trabajando con América Latina porque entendemos que la migración no es un problema exclusivo de México o Estados Unidos, sino de todos los países involucrados”, señaló Sheinbaum.

La mandataria reiteró que México continuará presionando para que las deportaciones sean gestionadas de manera directa con los países de origen y no a través de México, para evitar que el país se vea desbordado por una nueva crisis migratoria.

Un Desafío Diplomático y Humanitario

Este enfoque plantea un desafío tanto diplomático como humanitario para la región. Las naciones centroamericanas y sudamericanas tendrán que decidir si pueden asumir la carga de recibir a sus ciudadanos deportados, mientras enfrentan sus propios problemas económicos y sociales.

Para México, estas negociaciones no solo buscan proteger al país de una posible crisis migratoria, sino también fortalecer la colaboración regional en un momento en el que la solidaridad entre los países de América Latina resulta crucial.

El Impacto en la Relación México-Estados Unidos

La relación entre México y Estados Unidos podría enfrentar tensiones adicionales si las deportaciones se realizan de forma unilateral o sin considerar los acuerdos alcanzados en las negociaciones bilaterales.

El gobierno de Sheinbaum parece estar buscando un equilibrio entre mantener su compromiso con América Latina y proteger los intereses económicos y sociales de México. Sin embargo, con las políticas migratorias de Trump en el horizonte, será clave cómo ambas administraciones gestionan este delicado tema en los próximos meses.

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