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Novena

            Por el contrario, cada vez que, con la   sobre cómo se encontraría el Niño Dios   el hombro, San José quiso enseguida
         ayuda de Dios, vencemos esa tendencia   cuando naciera en aquel establo.   ayudar en lo que hiciera falta, pero casi
         mala a querer todo para nosotros, Jesús,   Por una parte,  tenía  ganas  de llorar   al instante comprendió que el nacimiento
         María  y José nos  bendicen  y nos  dan   por lo mal que  se  habían  portado los   de Jesús había sido milagroso.
         un beso. Hoy podemos hacerle al Niño   de Belén.  Pero por otra parte, como
         Jesús un regalo más valioso que el oro:   sabía que  muchos cambiarían cuando   Vio  que la Virgen María,  más guapa
         no escoger lo mejor para nosotros sino   conociesen a Jesús, y se arrepentirían de   que nunca porque ya era Madre sin dejar
         dejarlo para mamá, para papá, o para   verdad de su  mala vida, también  sentía   de ser Virgen, tenía en sus brazos al Niño
         alguno de nuestros hermanitos.      gozo pensando en lo poco que ya faltaba.   Jesús  dormidito y  envuelto en  pañales.
                                                                                  San José no dijo nada. Ni siquiera, para
                                                Luego  pensó  en  sí  mismo,  como   no despertar al Niño, se atrevió a cogerle.
                                             todo le parecía poco para el Hijo de Dios,   Se puso de rodillas  y lloró sin poder
                   Día séptimo               decidió esperarle  repitiéndole  muchas   contener la emoción y la dicha. La Virgen
                                             veces que lo amaba. Pero pudo más el   le  dejó que  se  desahogara  y  luego  le
            Como en  Belén  nadie  les dio   cansancio y se quedó dormido. Es muy   entregó al Niño, mientras Ella preparaba
         alojamiento, San  José no  tuvo más   bueno  que  todas  las noches,  antes  de   el desayuno.
         remedio que acomodar a la Virgen María   acostarnos, examinemos cómo  nos
         en un sitio que nadie quería: en un lugar   hemos portado durante el día. Pero para   San José tenía unas ganas enormes
         donde pasaban la noche los animales de   ello  hemos de ser  valientes  y no  tener   de apretar a Jesús junto a su pecho  y
         un campesino. Barrió con unas ramas   miedo a decirnos la verdad aunque nos   comérselo a besos,  pero se  contuvo.
         secas el suelo, puso unas cobijas sobre   cueste. Los que dicen siempre la verdad   Con solo verle dormir en sus brazos, se
         la paja para que se acostara la  Virgen,   son los que más agradan a Jesús, que se   sintió el hombre más feliz del mundo. De
         encendió un  fuego  y preparó algo de   hizo hombre para decírnosla a todos.   pronto se oyeron las voces y los cantos
         comida.                                                                  de  los pastores  que  venían  llenos  de
            Con el  fuego  también se calentó el   Los niños mentirosos, aunque  sus   impaciencia buscando  al  Niño  Jesús.
         ambiente. Así San  José, con las pocas   mentiras no sean muy grandes, se alejan   San José, después de entregar al Niño
         cosas que tenía, poniendo mucho cariño,   de Jesús y no le quieren. Para borrar todas   a la  Virgen para que lo acostara en
         consiguió para la Virgen María y para el   las mentiras que  hemos  dicho, en  este   el pesebre, salió al encuentro de los
         Niño Dios un sitio pobre, pero limpio   penúltimo día de la novena, procuremos   pastores y se enteró de lo que les habían
         y lleno de amor. Es muy fácil caer en la   esperar al Niño Dios repitiéndole muchas   dicho los ángeles.
         trampa de pensar que con lo que tenemos   veces que lo amamos.              Después les llevó junto al Niño y todos
         no  podemos  hacer  bien  las cosas, que                                 contemplaron lo lindo que era. Ya hemos
         si  tuviéramos mejores juguetes, otros                                   llegado al final de la Novena. Lo que nos
         hermanitos, o más dinero, todo iría muy                                  queda es felicitar a la Virgen María, a San
         bien. Cuando se cae en esta trampa se          Día noveno                José y a todos los hombres que ama el
         vuelve uno envidioso.                                                    Señor. Y  también  repetirle  al  Niño Dios
                                                La Virgen María despertó a San José
            Entonces se empieza a pensar que   para que pudiese adorar, antes que nadie,   que le queremos mucho, mucho, porque
                                                                                  ha nacido para darnos el Cielo.
         a los otros hermanitos les tratan mejor,   al Niño  Dios. Cuando la  Virgen le  tocó
         o que les dan las mejores cosas  y los
         dulces más ricos. La envidia es muy
         mala. Fue la que hizo que Caín matara a
         su inocente hermano Abel en la primera
         familia  que hubo sobre la  tierra. Y Dios
         maldijo al asesino.
            En el séptimo día de la novena,
         nuestro presente para el Niño Dios puede
         ser contentarnos con lo que  nos dan y
         no  tener envidia de ningún  hermano  o
         amigo. Cuando Jesús nos vea que nos
         parecemos a San José nos dará lo mejor:
         su cariño.


                    Día octavo


            En aquel lugar que había sido antes
         destinado a los animales, mientras la
         Virgen parecía dormir sobre aquellas
         pajas, San José se sentó junto al fuego
         con la intención de pasar la noche en
         vela. Contemplando la llama, meditó


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