Existe mucha información encontrada en los diversos medios de comunicación acerca de la efectividad de las mascarillas faciales en la protección contra el COVID.19, razón por la cual los ciudadanos constantemente estén envueltos en la incertidumbre.
Recientemente se llevó a cabo una reunión de la Comisión de San Agustín donde se estuvo tratando de una resolución para el uso de cubiertas faciales en los edificios de ambientes concurridos. En la reunión abundaron las referencias que tenían los participantes de estudios, tales como: 1) las máscaras faciales son muy efectivas para minimizar la propagación del virus, 2) la cara las máscaras hacen muy poca diferencia, e incluso 3) son dañinas porque te hacen respirar tu propio monóxido de carbono.
Sin embargo, publicamos ciertas consideraciones de los conocedores de la materia para obtener un mejor índice de confiabilidad al respecto.
En principio, los médicos están avalando el uso de las mascarillas por considerar su utilidad en la limitación de la trasmisión del virus, el problema en realidad es determinar hasta cuánto ayuda.
En la reunión se citó el caso de la revista New England Journal of Science, quienes rectificaron en un reciente artículo: “El enmascaramiento universal ayuda a evitar que esas personas propaguen secreciones cargadas de virus, ya sea que reconozcan que están infectadas o no…”, ello se produce luego de la revista médica había publicado con anterioridad que las máscaras no funcionaban.
Igualmente, se comunicó a los comisionados acerca de la falsedad de la afirmación que sostiene que las máscaras hacen que la gente respire su propio monóxido de carbono (CO2).
“Las moléculas de dióxido de carbono se difunden libremente a través de las máscaras, lo que permite el intercambio normal de gases mientras se respira”, sentenció el médico de urgencias del Hospital Lenox Hill, Dr. Robert Glatter.
La revista médica británica The Lancet, publicó el este mes de junio, un análisis de 172 estudios a nivel global descubriendo que la utilización de máscaras minimiza significativamente el riesgo de transmisión viral.
A pesar de que los Centros para el Control de Enfermedades han estado recomendando el uso de las mascarillas de manera mantenida, la respuesta ciudadana ha sido casi nula. haciendo.
Ya que hasta la fecha no hay una vacuna, las mascarillas son una estrategia efectiva para protegerse del covid-19
Nuestro país está tratando de volver a la normalidad, pero para hacerlo, necesita llevarlo a cabo con medidas estrictas, ante el aumento de contagiados, el virus no da tregua.
“Si el uso generalizado de máscaras por parte del público se combina con distanciamiento físico y cierto confinamiento, puede ofrecer una forma aceptable de manejar la pandemia y reabrir la actividad económica mucho antes de que haya una vacuna”, dice Richard Stutt, investigador de epidemiologia en la Universidad de Cambridge.