El tema de la migración ha generado un impacto significativo en las elecciones de Estados Unidos, especialmente en los suburbios de Denver, Colorado. Los activistas republicanos han expresado su preocupación por el arribo de migrantes, en su mayoría venezolanos, que han desbordado los servicios públicos y se han convertido en un tema candente en las elecciones locales y nacionales. Los residentes se sienten incómodos debido al aumento de gastos públicos, incluyendo la atención sanitaria y la necesidad de pagar hoteles y tarjetas de débito para los migrantes.

Sin embargo, en México, donde también se experimenta la transformación causada por la migración, el tema no está presente en la conversación política del país. A medida que se acerca la votación presidencial en México, los recién llegados no forman parte de la agenda política. Según los ciudadanos mexicanos, los migrantes no se perciben como un problema que afecte a los mexicanos, ya que la mayoría está de paso o no compite por las mismas oportunidades laborales.

Esta disparidad en la importancia otorgada a la migración en las elecciones refleja las diferencias en los sistemas democráticos de ambos países. Mientras que en Estados Unidos, el enfoque populista de Donald Trump ha llevado el tema de la inmigración al centro de la escena política, en México la política se centra más en cuestiones relacionadas con las necesidades cotidianas y la economía.

Además, en México existe una experiencia generalizada de migración, con muchas familias que tienen parientes viviendo en otros países. Aunque los migrantes deben atravesar México para llegar a Estados Unidos, su presencia no ha generado situaciones de desbordamiento o caos en el lado mexicano de la frontera, lo que contribuye a que el tema de la migración no sea prioritario en la agenda política del país.

En contraste, en Estados Unidos, el presidente Trump ha utilizado la percepción de caos y desafíos relacionados con la migración como un tema central en su campaña para ser reelegido. La inmigración se ha convertido en una cuestión extremadamente importante para muchos votantes estadounidenses, como lo demuestran diversas encuestas.