Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España, anunció que no va a dimitir de su cargo y que seguirá con más fuerza. Realizó este anuncio en una comparecencia institucional a las puertas del Palacio de la Moncloa, agradeciendo las muestras de solidaridad recibidas. Previamente, había comunicado su decisión al rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela.

Sánchez mencionó que él y su esposa han estado enfrentando una campaña de descrédito durante diez años y que están acostumbrados a ello. Afirmó que pueden lidiar con esa campaña y destacó que el problema no es el debate político, sino las acusaciones personales y la crispación que se ha instaurado. Hizo un llamado a abrir una reflexión colectiva al respecto.

El presidente enfatizó que su decisión no significa que se detenga en su trabajo. Aseguró que es un punto y aparte y se comprometió a trabajar sin descanso y con firmeza por la regeneración pendiente, el avance y la consolidación de los derechos y las libertades.

Sánchez había tomado un periodo de reflexión debido a la campaña de “acoso y derribo” que considera que está llevando a cabo la oposición conservadora (Partido Popular), la extrema derecha (Vox) y algunos medios y organizaciones de derecha y ultraderecha en su contra. Además, mencionó que dichos ataques también se han dirigido hacia su esposa, Begoña Gómez.

Un juzgado de Madrid ha iniciado procedimientos legales contra Begoña Gómez por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, a raíz de una denuncia presentada por el sindicato autodenominado Manos Limpias. Sin embargo, la fiscalía ha solicitado el archivo de la denuncia.

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