Moscú, 22 dic (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, cargó hoy contra la nueva estrategia de seguridad nacional de EEUU, que tachó de “agresiva”, y denunció los intentos de la Casa Blanca de salirse del tratado de desarme INF, que data de la Guerra Fría.
“En lenguaje diplomático, dicho en dos palabras, tiene un carácter ofensivo. En lenguaje militar es, sin lugar a dudas, agresiva”, dijo Putin sobre esa estrategia de EEUU durante una reunión con altos cargos del Ministerio de Defensa.
Putin se refería al documento firmado esta semana por el presidente norteamericano, Donald Trump, en el que Rusia y China figuran como principales amenazas para la seguridad de EEUU.
Y aseguró que la nueva estrategia de seguridad de EEUU no se limita a las palabras, ya que, mientras Rusia está reduciendo el gasto en defensa debido a la recesión, el presupuesto de defensa norteamericano supera los 700.000 millones de dólares.
Denunció que en Europa tiene lugar un incremento “a marchas forzadas” de la infraestructura militar de Estados Unidos y de la OTAN, planes que se escudarían en el supuesto expansionismo ruso denunciado por los países bálticos y Polonia.
“Cuando nosotros desplegamos alguna unidad en nuestro territorio se interpreta como una amenaza para alguien. Y cuando cerca de nuestras fronteras se instalan bases, infraestructura y nuevos sistemas, se ve como algo normal”, lamentó.
Además, acusó a Washington de violar el Tratado de eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF), poniendo en peligro la seguridad del continente europeo y del mundo en su conjunto.
“Siempre están buscando violaciones por nuestra parte, pero, mientras, ellos se dedican a eso precisamente”, dijo y recordó que EEUU ya se salió unilateralmente del tratado de defensa antimisiles.
Denunció que los cohetes utilizados para probar la eficacia del escudo antimisiles por su características “son idénticos a los misiles balísticos de medio y corto alcance”, una tecnología prohibida por el tratado INF, suscrito en 1987 por la URSS y EEUU.
“Recuerdo que el Pentágono ya ha asignado en 2018 fondos para la creación de un sistema de misiles móvil terrestre con una alcance de 5.500 kilómetros. De esa forma, EEUU está llevando las cosas a la destrucción del tratado”, señaló.
Putin, que ha tachado él mismo de “anacrónico” dicho tratado, considera que los elementos del escudo estadounidense en países como Polonia y Rumanía son un amenaza directa para la seguridad de Rusia y buscan neutralizar su potencial estratégico.
El INF condujo a la eliminación de todos los misiles balísticos y de crucero de medio (1.000-5.000 kilómetros) y corto alcance (500-1.000 kilómetros) de ambas potencias rivales durante la Guerra Fría, la URSS y EEUU.
Putin considera que, en realidad, la Casa Blanca busca romper definitivamente la paridad nuclear ruso-estadounidense con el escudo antimisiles y el desarrollo de sistemas análogos al armamento nuclear tradicional.
Por ello, destacó la importancia de que Rusia continúe desarrollando la tríada nuclear: aviones estratégicos, submarinos atómicos y misiles intercontinentales.
“A finales de este año el armamento moderno en la tríada nuclear alcanzó el 79 % y para 2021 las fuerzas nucleares de emplazamiento terrestre deben estar equipadas con armas modernas en un 90 %”, ordenó.
Putin destacó que ese armamento moderno incluye sistemas de misiles capaces de superar cualquier escudo antimisiles, sea actual o potencial.
Insistió en que el Ejército ruso jugó un papel “crucial” en la victoria sobre los terroristas en Siria, donde Putin proclamó recientemente “la completa derrota” del grupo yihadista Estado Islámico.
“Salvaron la vida de cientos de miles de personas, preservaron la república siria como Estado y allanaron el camino hacia el arreglo político de la crisis siria”, afirmó.
Consideró que la situación en Siria demostró que la decisión de reforzar a sus fuerzas armadas fue un acierto y subrayó que Rusia tiene todo el derecho a responder oportunamente ante amenazas potenciales.
Con todo, negó hoy que Rusia se vaya a ver abocada a una “carrera armamentista sin sentido”, como la que causó el colapso de la Unión Soviética.
“Como hay fuerza, ya no se necesita inteligencia. Al contrario, necesitamos inteligencia. No nos apoyaremos exclusivamente en el músculo militar. El próximo año (los gastos en defensa) representarán un 2,8 % del PIB. Después bajarán aún más”, vaticinó.
Además, también negó que Moscú necesite contar con bases militares “por todo el mundo”, ya que Rusia “no tiene intención de jugar el papel de gendarme internacional”, entre otras cosas, “porque es muy caro”.
“Lo digo sin ironía, nos basaremos en una política exterior amante de la paz”, dijo.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, aseguró por su parte que buques y submarinos equipados con armamento de precisión de largo alcance garantizarán la presencia permanente de la Armada rusa en el mar Mediterráneo.

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