Washington (AFP) – El presidente de Estados Unidos se embarcó este lunes en un maratón de mítines en tres estados a pocas horas de que se abran las urnas para los comicios de mitad de mandato, una elecciones que son consideradas como un referéndum sobre su presidencia, en un país muy dividido.

Con los pronósticos de que la participación sea alta, la expectación era máxima a pocas horas de la apertura de las urnas el martes a las 06H00 en la costa este (11H00 GMT).

“Todo lo que hemos construido está en juego mañana”, dijo Donald Trump en un mitín el lunes ante miles de sus simpatizantes en Indiana, un estado clave si los republicanos quieren conservar el control del Senado.

En medio de la expectación, las agencias de inteligencia y seguridad emitieron una advertencia frente a la amenaza de las injerencias extranjeras, asegurando que hasta ahora no había ningún indicio de que la infraestructura electoral haya sido comprometida.

El nombre de Trump no figura en las papeletas de estas elecciones, pero hace semanas que el inquilino de la Casa Blanca ha reiterado que se trata de un referéndum sobre su presidencia.

En las elecciones están en juego los 435 cupos de la Cámara de Representantes, 35 escaños en el Senado, 36 gobernaciones, además de varios cargos locales como alcaldes, jueces y sheriffs.

Dos años después de la elección de Trump, en un momento en que los republicanos tienen una ventaja de 51 a 49 en el Senado, los comicios se proyectan además como un preludio de las presidenciales de 2020.

En esta dinámica y temiendo que los demócratas puedan frenar sus políticas, Trump se lanzó en las últimas semanas a recorrer el país para animar varios mítines en los que fue recibido con fervor por sus simpatizantes, muchos de ellos con la gorra roja marcada con la consigna “Make America Great Again” (Que Estados Unidos sea grande otra vez).

El sólo el lunes recorría tres estados para participar en actos de campaña en Cleveland, Ohio; Fort Wayne, Indiana; y después en Cape Girardeau, Misuri.

Los estadounidenses asisten al final de una campaña que estuvo marcada por dos violentos incidentes: el envío de paquetes con explosivos a prominentes líderes opositores y la masacre en una sinagoga en Pittsburgh, donde murieron 11 personas.

Los dos hechos motivaron acusaciones de que Trump alienta la violencia con sus tuits incendiarios y discursos cargados de duros comentarios contra sus opositores.

– Muchos votos anticipados –

Pero la gran incógnita y la clave de los resultados es la participación, que en las elecciones de mitad de mandato suele ser baja y en 2014 fue de 41,9%.

Un indicio del interés que generan estos comicios es que más de 30 millones de votos anticipados ya habían sido emitidos en los estados que permiten esta modalidad, frente a una cifra de 22 millones en los comicios de hace cuatro años.

“Las elecciones de mañana pueden ser las más importantes de nuestras vidas”, dijo el lunes el expresidente demócrata Barack Obama, que durante el fin de semana salió a hacer campaña para aupar a un demócrata cuyo escaño peligraba en Indiana.

En el ambiente electrizado de sus mítines, Trump saca partido de su experiencia como presentador de televisión.

El mandatario coloca a los votantes en la vicisitud de elegir entre su gestión, en la cual la expansión de la economía llevó al desempleo a un mínimo de 3,7%, y su visión de la seguridad; y las posturas de los demócratas, a los que califica de izquierdistas extremos.

Su discurso registró un viraje y pasó de elogiar los logros de su gestión a una narrativa dura -que algunos califican de racista- en la que ha denunciado la inmigración ilegal como una “invasión”.

A pocos días de las elecciones, Trump envió a más de 4.800 efectivos a la frontera con México y sugirió que si los migrantes centroamericanos que marchan por miles en caravanas hacia Estados Unidos tiraban piedras a los agentes, éstos podrían responder con tiros, aunque después se retractó.

Nuevos rostros –

Estas elecciones también marcan el debut de nuevos rostros que han irrumpido como grandes promesas en el panorama político.

Una de ellas es la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, que tras imponerse sorpresivamente en las primarias demócratas en septiembre en el distrito del Bronx y de Queens, ahora se encamina a convertirse en la mujer más joven en ser electa para la Cámara de Representantes.

Cuando derrotó al veterano Joe Crowley, la joven de origen puertorriqueño dejó a todos boquiabiertos y ahora esta latina, que se define como socialista, se transformó en el símbolo de una ola de mujeres demócratas pertenecientes a minorías que están revolucionando a la élite del partido.

En estas elecciones, la comunidad latina, que constituye la minoría más grande del país con 59 millones millones de personas, podría batir récords de representación.

La interrogante es cómo se comporta este electorado, compuesto por 29 millones de personas, ante la retórica contra la inmigración de Trump, que en las elecciones de 2016 fue apoyado por un 30% del electorado latino.

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